Tras el deceso de Jaime Andrade Sanin, como consecuencia de graves mordeduras, el control de la población canina toma el centro de la escena comodorense, ciudad en la que el jueves se declaró la emergencia zoonótica parasitaria, también vinculada a canes. Mientras las regulaciones aplican sobre tenencia responsable, el debate se da sobre los "callejeros" en un municipio donde el dispensario ya supera su capacidad. Podrían fijar un límite de dos perros por vivienda.
Daniel Campillay, de quien depende el área de Bromatología y Veterinaria, fue quien dio ayer los detalles vinculados a reglamentación y recursos disponibles en la Municipalidad para el control de la población canina, un área en el que se viene trabajando desde hace varios años en la castración gratuita, pero que de todos modos se instaló como problemática durante el fin de semana, motorizada por la muerte de Jaime Andrade Sanin tras sufrir un ataque de perros, y por la declaración de emergencia zoonótica parasitaria en función de la hidatidosis.
El caso es que toda la regulación vigente y en análisis, tiene asidero en la responsabilidad de la tenencia, algo que implica lisa y llanamente un dueño responsable, pero que sigue sin solucionar la cuestión de los callejeros o vagabundos, un punto en el que el funcionario fue claro al manifestarse contrario a la eutanasia, una práctica por la que varios vecinos levantaron al voz en las redes sociales. "Para el Estado, la eutanasia será la última posición" subrayó.
Admitió, no obstante, que habrá que hacer un trabajo previo para facilitar la captura de estos animales sueltos y que abarcan desde solicitar la incorporación de otro móvil a la firma Urbana, a cargo del servicio de higiene en la ciudad, hasta optimizar el espacio del dispensario canino, hoy superado.
Campillay recordó que la Municipalidad trabaja hoy con partidas presupuestarías ajustadas en función de la crisis, con lo que los recursos no abundan y que no trabajan junto a la diversidad de organizaciones "mascoteras" que tiene despliegue en Comodoro "rescatando" perros de la calle.
De hecho, recordó que en su momento la Municipalidad había ofrecido a Alma, a través de Marta Esposito primero y de Patricia Calvo después, ceder un terreno fiscal para que pudiera instalar un refugio y centralizar las adopciones, aunque la organización rechazó la oferta.
Así, la solución que se trabaja hoy es parcial y apunta específicamente a los perros que tienen dueño, y que Campillay anticipó se pondrá un límite por familia con solo dos ejemplares. Expuso que lo recomendable es un solo perro por hogar, aunque entendiendo sobre todo a la preocupación por la seguridad en la ciudad, el límite se llevará a dos.
Recordó, además, que existe un decreto nacional de tenencia responsable –que admitió, deja abierto el capítulo de la eutanasia– y que con esa base se trabajó un proyecto de ordenanza vinculando al perro con su dueño y el impuesto inmobiliario que este abona, con lo que en caso de captura en la vía pública, se le devuelve al propietario castrado y multa mediante, que podría asociarse directamente al impuesto mencionado.
También se planifica una campaña de difusión de tenencia responsable y una tarea coordinada entre las áreas de Abasto y Veterinaria para notificar a las familias que tengan más de dos perros en su domicilio.
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