Las arcas del Estado salteño sienten el impacto de la parálisis en los casinos, que con sus impuestos dejaron en febrero último 30 millones pesos. La pandemia también afecta a unos 500 trabajadores que se desempeñan en 28 salas de juego en la provincia. Si bien ya se presentaron protocolos y hay muchos trabajadores pidiendo la apertura de la actividad, la posibilidad está lejos de habilitarse.
Así lo explicó el vicepresidente del Ente Regulador de Juegos de Azar (ENREJA), Adrián Amén, en diálogo con la Radio Pública:
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