Un instalador de piletas de Paraná, Joaquín López, indicó que de manera inusual han tenido mucho trabajo durante todo el año. “Normalmente esta cantidad de pedidos los tenemos a partir de septiembre, y este año arrancamos en invierno con muchas consultas y se empezó a vender muchísimo”, aseveró. Explicó que la demanda obedecería a la pandemia porque la gente no sabe si habrá vacaciones y entonces instalan una pileta para pasar el verano. Los precios de una pileta oscilan entre 140 mil pesos y 500 mil pesos.
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