El presidente Alberto Fernández encabezó en la ciudad bonaerense de San Pedro el acto por el Día de la Soberanía Nacional, declarado en conmemoración por la batalla de la Vuelta de Obligado, donde el 20 de noviembre de 1845 se libró la batalla, sobre el río Paraná. “En aquel entonces, las potencias mundiales, las potencias europeas bregaban con los mismos argumentos de hoy, bregaban con la idea de que la libertad de comercio debía ser garantizada y el resto del mundo debía someterse a sus lógicas”, expresó el mandatario nacional en sus discurso. Fernández aseguró que “en el presente” la lucha por la soberanía es “ser constructores de nuestro futuro”.

El Presidente de la Nación ofreció este viernes un acto en homenaje por el Día de la Soberanía Nacional. En su discurso, insistió con la necesidad de repensar porque “la historia parece siempre repetirse y nunca superarse y por momentos parece que estamos viviendo y luchando por las mismas razones que se luchaba en aquel entonces”, expresó Fernández. En esa misma línea el mandatario mencionó que las lógicas de las potencias mundiales era “que traían sus productos e indefectiblemente en América teníamos que flanquearle los pasos para que ingresen en perjuicio de los intereses nuestros”, remarcó.

“Detrás de la argumentación del libre comercio se esconde un sistema de sometimiento donde algunos elaboran lo producido y nos venden lo industrializado y nosotros parecemos condenados a seguir viviendo de la producción primaria”, expresó Fernández quien bregó por “construir el futuro en nuestra tierra”. Además, señaló que la “soberanía está directamente ligada al desarrollo y a que nosotros seamos dueños y artífices de nuestro destino, y por eso peleamos por la soberanía territorial, cultural, tecnológica, científica y alimenticia”, dijo y añadió: “Ser soberanos quiere decir no depender de otros y defender la posibilidad de desarrollarnos nosotros mismos como sociedad en cada uno de esos aspectos”.

La disputa fue entre las fuerzas que respondían al gobernador bonaerense Juan Manuel de Rosas y la coalición anglofrancesa que bloqueó el puerto de Buenos Aires, con la intención de establecer relaciones comerciales directas desde el litoral con Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. Los anglofranceses se atribuyeron la victoria pero, por los contratiempos de asentarse en el territorio, se vieron obligados a reconocer la soberanía argentina en los ríos interiores y a retirar la flota de Gran Bretaña en 1847 y la de Francia un año después.