Esto sucedió el 12 de enero, cuando Aldana Quico partió de su comunidad La Puntana de Santa Victoria Este al momento de presentar fuertes dolores de parto. Lo más cerca de la comunidad es un puesto sanitario donde según la familia indígena sólo atienden auxiliares de enfermería y no hay ambulancia.

Al llegar al Hospital de Tartagal, Aldana pide que se le practique cesárea porque cree que puede sufrir aborto espontáneo. Pero según su madre Enriqueta demoraron en atenderla a pesar de sus dolores, tuvieron 12 horas sin retirarle el feto fallecido en su vientre y finalmente la joven primeriza de sólo 18 años, falleció en los pasillos del hospital.

La familia de la fallecida radicó una denuncia penal contra el tocoginecólogo Patricio Parra Marin, porque a pesar de que Aldana había ingresado al Hospital con el feto muerto, no le practicó la cesárea correspondiente, pretendiendo que esper a tener  “un parto normal”.

A la fecha, miembros de su familia comunican que recibieron amenazas telefónicas a los fines de amedrentarlos para que no se denuncie este hecho a la justicia. Sin embargo, la familia doliente y su comunidad, informaron que se mantendrán firmes en este reclamo, para que nunca más se practique violencia obstétrica ni institucional sobre el cuerpo de una mujer indígena.