Visitó a Jorge Puerta y recordó que tras la muerte de su padre, Jorge Cafrune, su madre sobrevivió vendiendo sus alhajas ya que nadie le daba trabajo.
Habló sobre su amor por la abogacía, carrera en la que se graduó en 1991, y expresó su favoritismo por lo penal.
Recordó que, al año siguiente de recibirse, recibió la invitación para cantar en Cosquín y que después de eso no ejerció aquella profesión hasta que no le resultó imprescindible ante la falta de actuaciones.
También admitió que le costó mucho “salir al ruedo”, porque siempre están las comparaciones y consideró que el camino sido peor si hubiera nacido hombre.
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