El sábado 17 Juanjo Conti presentó "Los quemacoches" en el marco de la Feria del Libro de Rosario. En su visita a los estudios de Radio Nacional Santa Fe, el autor nacido en Carlos Pellegrini contó que su nueva obra está "cien por ciento centrada en la ciudad" en la que "seguimos las peripecias de dos amigos y está la cuestión del amor inaugural". Esta última marca, es una continuidad con sus novelas precedentes ("Las lagunas" y "Las iteraciones", 2019), al igual que la idea de la amistad.
El libro está dedicado a Mariano y Bruno, los primeros amigos que Juanjo hizo cuando llegó a Santa Fe para estudiar Ingeniería en Sistemas en la UTN. "Ellos dan nombre [a los protagonistas]", y la razón es que "tienen una valija de anécdotas que fuimos compartiendo a lo largo de estos años, que sirvieron para enriquecer las escenas más cotidianas".
Sobre el proceso, relató junto a Sospechosamente light que todo se remonta a un taller de novela por e-mail, remoto y asincrónico, coordinado por Anahí Flores en 2017 (luego, ese primer borrador fue circulando a distintos talleres y clínicas, entre ellos, el de Francisco BItar). Por entonces, no habían sido publicados "Las iteraciones" ni "Las lagunas", y el autor "tenía una especie de disparador: el fenómeno de los quemacoches en la ciudad, que estaba en uno de sus puntos más calientes". Conti confesó que "mi plan original era responder desde la ficción a la pregunta: ¿quién está quemando autos?, y pensaba que fuera una respuesta multicausal". Pero, "la presencia de estos dos chicos fue tan fuerte que coparon la novela", y al final, se cuenta "la historia de ellos". En lo que hace a la temporalidad, Conti ubicó el texto en los 2000 -algo que indican los modelos de autos consignados-, porque "me interesaba esa época", aunque afirmó que en la escritura "hay que lidiar con la tecnología y cómo se vuelve obsoleta".
También, el escritor consignó el proceso de edición y publicación a través de UOiEA!, la editorial capitaneada por Mat Guillan, e hizo referencia a la combinación de imaginación e investigación para confeccionar el universo ficticio. Respecto a esta última técnica, fueron de mucha utilidad las visiones de un bombero y del youtuber El Angelito. Como broche de oro, Juanjo leyó el capítulo 1 de la novela.