Los trabajadores de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) se movilizaron a Buenos Aires para manifestarse en las puertas de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y exigir la firma del contrato de reactivación de la producción en Arroyito.

Alejandro Lucastegui, trabajador de la planta, expresó que si bien ya hay 4.000 millones del presupuesto nacional aprobado y 1.000 millones del presupuesto provincial nada de ese dinero puede invertirse si no se firma el contrato de alistamiento y reactivación de la planta. “No tenemos respuestas. La señora presidenta de la CNEA Adriana Serquis recibió en Bariloche a la comisión interna de la fábrica, pero no hay respuesta y se siguen dilatando los tiempos” explicó.

La reactivación de la fábrica no solo lograría el mantenimiento de los 120 puesto de trabajos actuales sino crear nuevos empleos. “Nos preocupa que los presupuestos están aprobados y si no llega el contrato entonces no sabemos que van a hacer con esa plata presupuestada... De reactivarse deberían tomarse mínimo 200 nuevos técnicos” detalló Lucastegui.

El trabajador aseguró que existe demanda de agua pesada, contrariamente a lo que afirmaba oportunamente el gobierno de Mauricio Macri. “Hay una demanda de 400 toneladas de agua pesada para la vida útil de las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse Río Tercero. Hay pedidos del exterior, porque se utiliza para investigación, pero si no tenemos stock no podemos licitar. También solicitamos la construcción de una cuarta Central Candu que es uranio natural y agua pesada que nos daría un horizonte de vida laboral muy largo” concluyó.