En Mendoza los grupos de bodegueros consideran la habilitación de producir vino sin alcohol como una oportunidad económica de conquistar nuevos consumidores. Esta decisión es del INV (Instituto Nacional Vitivinicultura) donde la intención es dar una respuesta a la apertura de nuevos mercados.

Santiago Sari, ingeniero agrónomo, trabaja en el INTA Mendoza (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) como investigador en el área enológica y responsable de la planta piloto de vinos, destacó en Aire Nacional sobre el “vino sin alcohol”.

Al respecto, el investigador enológico destacó "este tipo de vino para ser llamado vino debe estar fermentativo, de la transformación de los azucares de la uva se transforma en alcohol y otros productos" y agregó "para ser un vino sin alcohol debe ser alcoholizado y después se elimina el alcohol por medios físicos o por medios químicos por diversos equipamientos, puede hacerse una destilación para que se evapore y es vino autorizado como tal, solo cambia sensorialmente donde el alcohol es un componente que es una parte integral".

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