Facundo Triay, un joven de 28 años oriundo de Puerto Deseado, Santa Cruz, compartió su experiencia de vida en Groenlandia, la isla más grande y fría del mundo. Hace un año, Triay emigró a la capital, Nuuk, atraído por una propuesta laboral en la industria pesquera que le ofrecía un salario seis veces mayor al que percibía en Argentina.

En comunicación con el equipo de Pan Casero Nacional, Triay relató que su adaptación implicó cambios significativos en su estilo de vida, incluyendo la alimentación.

"Lo más normal que se come acá es pescado, y también foca, ballena u oso polar. Las personas acá están acostumbradas a comer lo que se mueva", expresó.

La decisión de emigrar surgió tras conocer a un empresario japonés que buscaba jóvenes con experiencia en pesca para trabajar en Groenlandia. Junto a dos amigos, los hermanos Juan Francisco y Juan Diego Saborido, Triay aceptó el desafío y se trasladó a Nuuk en enero del año pasado. Desde entonces, ha trabajado en una empresa pesquera donde, a diferencia de las plantas en Puerto Deseado, los procesos están altamente automatizados.

"Las personas mayores de acá son un poco reacias a los extranjeros, no les gustan. Son de una cultura en donde vivían ellos solos y de repente les llegaron todos los extranjeros", dijo.

La adaptación al clima ártico también fue un reto y destacó la ausencia de árboles y rutas entre ciudades, lo que hace necesario el uso de barcos o aviones para desplazarse.

"Ahora la temperatura está en -4º, pero lo normal es que esté a -20º. Por eso, las casas está construidas especialmente para el frío y la ropa también. Lo mismo los autos, que tienen ruedas exclusivas para andar por el hielo", contó Triay .

A pesar de los desafíos, Triay valora la oportunidad de ahorrar y mejorar su calidad de vida. Con un salario promedio de tres mil dólares netos al mes, planea permanecer en Groenlandia algunos años más.

"Nos dan la oportunidad de poder ascender y hay mucha capacitación", resaltó.

La experiencia de Facundo Triay refleja cómo la búsqueda de mejores oportunidades puede llevar a adaptaciones culturales y personales significativas, demostrando resiliencia y capacidad de adaptación en entornos extremos.