El conductor llega a la intersección, mira el sentido de la arteria perpendicular pero no disminuye la velocidad; la ley de tránsito indica que quien tiene la derecha goza de prioridad. Es su caso.
Ello sucede constantemente. La mayoría lo respeta lo que significa que hay una minoría que no lo hace (¿Minoría?). Esa es la que cruza cuando no le corresponde. Con esa se puede encontrar y colisionar El Dueño de la Derecha que no quitó el pie del acelerador.
Si se produce el choque, para saber quién es culpable (“el dueño de la derecha”) tendrá que esperar lo que decida el comisario de la jurisdicción constituido en juez vial. Podrá acudir a la justicia ordinaria. Y ese proceso puede durar años (muchos) con dictamen incierto porque no solo se evaluará lo de la derecha (Al menos no siempre y esto es importante tenerlo en cuenta).
El tiempo que transcurrirá será más que suficiente para que, quien tenga Cola de Paja, ponga a nombre de otros los pocos o muchos bienes que tenga (Hoy la falsa insolvencia no es sinónimo de desvergüenza).
A esas alturas, el “dueño de la derecha” (que tenía "la razón") se habrá preguntado más de una vez si no hubiera sido mejor disminuir la velocidad y hasta dejar pasar al infractor. ¿Qué hubiera perdido?
Y de eso se trata. En materia de Accidentología Vial el valor del discernimiento es relativo; Es más inteligente no especular con la razón ¿De qué vale tener la razón y un vehículo estropeado o lesiones por más leves que sean?
Por lo visto, y sin haber pasado revista a todas, hay más de una razón para manejar a la defensiva. Hoy es un muy buen día para comenzar a hacerlo.
¡Bienvenidos al club de la cautela!
Por Roberto A. Bravo
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