Hubo un tiempo en que los apodos “Tiburón” o “Mojarrita” estaban lejos de la parodia y cerca de la hazaña.
La época dorada de los nadadores que desafiaban las aguas tostadas del río Paraná consiguiendo inmortalizarse en la memoria. Maratones acuáticas que tuvieron a Coronda y Santa Fé como asombrados testigos de las proezas de Pedro Candioti, por ejemplo, el famoso “Tiburón de Quillá”.
Esos son los hitos en los que se apoya este emotivo documental de Verónica Schneck, que va más allá de la competencia del ser humano con su entorno natural para adentrarse aguas adentro del alma de sus protagonistas.
La directora logró testimonios de la necesidad que los inspiró y los inspira, como sucede cada febrero en esa región, cuando las aguas de Coronda se mezclan con la adrenalina de los nadadores de todo el mundo que concurren a desafiarlas.
Más que un documental sobre una curiosidad deportiva, es un enriquecedor registro de una filosofía de vida. La historia de una pasión.
Párrafo aparte para Teresa Plans, que conmueve con sus recuerdos de los tiempos en que supo ser una sirena.
Altamente recomendable para los amantes del deportes y de las buenas historias.
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