La pelea por zafar de los cuatro lugares del descenso que "gentilmente" otorga el máximo nivel del fútbol argentino, después de la locura del Torneo de 30, está muy buena. Tal vez más de lo que podría llegar a estar el campeonato si Boca se sigue cortando arriba.
Vale aclarar que "solo" quedan 21 fechas para engordar promedios. Antes, con los campeonatos cortos, la temporada era de 38 partidos y tenías chances de recuperarse de una mala racha. Ahora hay menos margen de error...
Hoy aparecen en la categoría "muy complicados" Chacarita -poco que ver con aquel equipo que la rompió en la B Nacional-, Arsenal -Que no suma de local y así le será muy dificil-, Olimpo -ya echó a su técnico- y Temperley -perdió 4 de 6-.
En la categoría "complicados- están Huracán, Velez, Tigre, Patronato y San Martín de San Juan, pero con diferencias...
Vélez empezó bien y los pibes suman. Huracán tiene a Wanchope y al mejor entrenador de los que pelean abajo: Gustavo Alfaro. Y San Martín de San Juan que en su casa suele hacerse fuerte, fundamental.
No es el mismo panorama para Tigre que empezó la temporada en la categoría "con algo de aire" y aún no ganó en el campeonato. Su técnico Caruso Lombardi habla de mala suerte y merecimientos, items a los que el promedio le hace "pito catalán".
Al verborragico entrenador la gente de Tigre ya no lo banca, la dirigencia si y algunos referentes ya patalear.
Belgrano tiene tres problemas. A saber...
Se fue su entrenador Sebastián Méndez. La versión oficial es por "razones personales" y la que suena por la Docta es que venía tirontironeada la situación con los directivos desde el mercado de pases. Hay que buscar un nuevo conductor con todo lo que ello implica.
Y el promedio. El de ahora (dificil) y el de la temporada que viene (terriblemente complicado, menos de un punto).
Pasamos, por último, a la categoria "Con algo de aire": Unión de Santa Fe, Atlético Tucumán y Argentinos. Este último subió mucho con tres victorias al hilo, pero si viene una racha de 4 sin ganar, por ejemplo, se mete de nuevo en el baile.
POR DANIEL CORUJO