COLMENAS EN VERANO Mendoza

La importancia de la termorregulación

Las abejas en conjunto son capaces de mantener relativamente constante la temperatura en la cámara de cría en un rango que varía entre los 32 y 36 grados, aunque la temperatura óptima se sitúa en torno a los 35 grados.

En veranos donde las altas temperaturas son muy apremiantes, suele darse mortandad de colmenas por asfixia debido a la exposición constante a las altas temperaturas y quizás a la falta de recursos hídricos.

En consecuencia conocer las bases de la termorregulación de las colonias es fundamental para evitar estas pérdidas. Es importante remarcar que el mantenimiento de la temperatura interior de las colmenas es necesario tanto para evitar el exceso de calor como para impedir las bajas temperaturas.

La cera cuando alcanza los 65 grados comienza a derretirse, y en algunos casos puede tapar la piquera evitando que las abejas puedan salir de la colmena y mueran dentro de ella. Como en cualquier sistema de termorregulación, son necesarios diferentes mecanismos para conseguir la estabilidad relativa de la temperatura: unos destinados al calentamiento y otros a enfriar. El enfriamiento se basa en la evaporación de humedad, como hacen los seres humanos al sudar, o el aire acondicionado cuando retira humedad de las habitaciones para reducir la temperatura.

En el caso de las abejas, cuando eliminan humedad del interior de las colmenas arrastra con ella el calor. El mecanismo de enfriamiento necesita de dos factores: – Que exista esa humedad en el interior de las colmenas para poder ser eliminada. En primavera eso es fácil, pues el mismo néctar que recolectan las abejas contiene un alto porcentaje de agua que será eliminado en el proceso de transformación en miel.

Mayores problemas se generan en verano; en época de escasas o inexistentes floraciones y baja humedad ambiental son las abejas las que tienen que proveer el agua necesaria para que pueda ser evaporada en el proceso de reducción de la temperatura. Evidentemente, el número de abejas destinadas a recolectar agua viene dado por las necesidades de la colmena.

Cuando los requerimientos de agua aumentan, se produce un comportamiento en el que las obreras del interior discriminan a las pecoreadoras que traen néctar más concentrado (con menos humedad) a favor de las que traen agua o néctar con mayor proporción de humedad, por lo que van dirigiendo el pecoreo a favor de estas últimas.

Las abejas encargadas de traer agua detectan que su trabajo es necesario porque rápidamente esa agua es transferida a otras abejas del interior encargadas de untar el agua por las paredes de las celdillas para su evaporación o pasarlo a otras abejas.

Por el contrario, cuando el agua no es tan necesaria, estas abejas tardan más en aceptar el agua que traen las pecoreadoras. Si las necesidades de agua son muy altas, una gran proporción de pecoreadoras están dedicadas a conseguirla. Evidentemente, si están empleadas en estos menesteres, no estarán recolectando néctar y eso se reflejará en la producción de miel. Si no hay agua próxima disponible se debe suplir con algún tipo de bebedero, como puede ser un simple bidón con unas tablas flotando donde puedan posarse las abejas, u otros bebederos del mercado para animales como conejos o gallinas.

En épocas de calor el consumo llega a ser considerable, por lo que tenemos que estar más pendientes para que no falte. Si habitualmente tendemos a relacionar las necesidades de agua con el verano, no podemos olvidar que también es necesaria en invierno, a veces no tanto para la termorregulación sino para poder digerir el consumo de polen.

Cuando hace mucho calor las abejas se dispersan, llegando a salir de la colmena e incluso abandonar la misma. En consecuencia se recomienda:

• Dar espacio suficiente para dispersar el calor y las abejas, agregando alzas

• Abrir piquera, evitar que se tape de monte o basura

• Colocar piso de cedazo fino

• Proveer una salida de aire en la parte superior de la colmena

• Procurar que exista una fuente de agua cerca

• Colocar colmenas en media sombra

• Pintar cajas de colores claros

• No poner tapaderas que aumenten el calor