Una travesura que podría haber terminado en tragedia se vivió en la cisterna del barrio Inalauquen, en Viedma.
Dos chicos, de entre 10 y 11 años, al subir a la instalación, cortaron un cable de 380 voltios, que suministra energía al flotante del tanque.
Pusieron en grave riesgo su vida y dejaron al barrio sin agua, hasta que llegaron los operarios de ARSA.
Así lo relató Héctor Llancafil, presidente de la Junta Vecinal del barrio quien pidió mayor control a los padres de los menores.
Etiquetas: Hector Llancafil, Viedma