La Asociación Argentina del Girasol explicó que el rendimiento fue superior que el año pasado, incluso a pesar de la histórica falta de agua, y que se perdió poco más del 4% de la superficie plantada. Jorge Ingaramo, técnico de Asagir, destacó que "el girasol tiene la virtud de ser un cultivo muy rústico que aguanta muy bien la sequía".
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