Por Fabián Codevilla - @Pomelo_10
Cayo sin atenuantes por kout técnico ante el gran Manny Pacquiao.
Se preparó como nunca, estaba ante las puertas de la consagración definitiva, enfrentaba al seis veces campeón del mundo y mejor peso por peso del planeta durante mucho tiempo, tenía el poder de sus manos como arma letal, jugaba con la ventaja de ser más joven y tener un mayor alcance de brazos, llegaba a la vida del Tailandés en el ocaso de su carrera... Sin embargo sobre el ring se vio un fantasma, un tipo sin alma, dubitativo, irresoluto, con movimientos rígidos, sucumbiendo ante la velocidad de un Pacquiao que estaba como en sus mejores tiempos, que hizo estragos con su jab de derecha y con su izquierda (su mano más hábil) fue dibujando la victoria desde el mismo arranque.
Lucas Matthysse, 35 años y nacido en Trelew llegó como el defensor del título, pero no estuvo a la altura de un combate que podría ser histórico para su carrera. Sin embargo, en tres ocasiones conoció la lona.
La primera caída se dio en el tercer round, con un zurdazo al mentón ante una débil defensa de Matthysse, en el quinto round había puesto una rodilla en el suelo de manera deliberada, alegando un dolor más allá de no haber recibido ningún golpe en ese momento y la última, en el séptimo round, fue letal, ya que no decidió levantarse, un cross artesanal de izquierda del Tailandés, derrumbó la ilusión y pone, me parece, final a la carrera de Mathysse.
Párrafo aparte para "el viejo Pacman", Pacquiao se quedó con el título de Campeón Mundial Welter (147 libras) mostró todo su repertorio, demostró porque sigue vigente a pesar de sus 40 años, sigue dando cátedra y mantiene viva su leyenda en el noble deporte de los puños.