Por Daniel Corujo

Tal como se preveía, este fin de semana, se oficializó la baja de Juan Martín Del Potro del Master Final de Londres. Algo que no sorprendió. O al menos no debió haber sorprendido a nadie.
El tandilense se lesionó el 11 de octubre pasado cuando resbaló en medio del partido ante Borna Coric y cayó con todo el peso de su cuerpo sobre la rodilla. En ese momento, decidió abandonar el partido correspondiente a los octavos de final del Masters 1000 de Shanghai. Días más tarde se confirmó la rotura de la rótula derecha.

Con una lesión de tal envergadura no podía esperarse una recuperación milagrosa.
Más allá de los esfuerzos del entorno y la comunicación del jugador por tapar la noticia, sin necesidad, claro. Los trascendidos no tardaron en llegar. Y mientras se mostraba a Del Potro en videos siguiendo su recuperación alentando la llegada a Londres era un secreto a gritos que el tenista no jugaría.

De hecho, la noticia de su baja la dio ATP y no su equipo de comunicación.
A todo esto, Del Potro terminó una de sus mejores temporadas como profesional. Llegando al podio del ranking mundial en la previa del US Open donde llegó a las semifinales.
Ganó su primer Master 1000 en Indian Wells y un ATP500 en Acapulco, México. Pero, en la parte final del año, donde se juega en superficies que a Del Potro le sienta bien, una lesión, otra vez, le jugó una mala pasada.
Ahora el objetivo será llegar a la gira de Oceanía que abrirá la temporada 2019 y tratar de regresar, porque le sobran armas tenísticas, nuevamente al Top-3.