A 41 años de la `Marcha por la Democracia´ de la Multipartidaria

Firmada la rendición argentina ante Gran Bretaña en las Islas Malvinas, el 14 de junio de 1982, el gobierno de facto del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri colapsó y éste presentó su renuncia.

Luego de un breve interregno, el 1º de Julio asumió el general Reynaldo Bignone quien, vagamente, anticipó que habría elecciones antes de 1984, “decretó” la apertura política y el libre funcionamiento de los partidos políticos, que pudieron abrir sus locales y editar legalmente sus periódicos, después de más de seis años.

En noviembre de 1982, las Fuerzas Armadas presentaron un plan de 15 puntos, redactado por algunos abogados y comunicadores sociales afines, que buscaba sentar un acuerdo con los partidos políticos.

A civiles y militares de aquella dictadura les preocupaba, entre otras cosas, la “lucha antisubversiva”, los desaparecidos, el manejo de la deuda externa, las secuelas de la guerra de Malvinas y la participación institucional de las Fuerzas Armadas en el próximo gobierno democrático.

Pero el acuerdo fue rechazado por las fuerzas políticas nucleadas en la Multipartidaria, presionadas por el plan de lucha lanzado por la CGT, el desarrollo del Movimiento de Juventudes Políticas y un creciente e irrefrenable prestigio de los organismos de derechos humanos.

En ese marco, el 16 de diciembre de 1982, la Multipartidaria, espacio que congregaba a las fuerzas políticas que bregaban por el retorno de la democracia, la CGT-Brasil y los organismos de derechos humanos, encabezaron una masiva movilización a Plaza de Mayo para repudiar los intentos de la dictadura cívico militar de condicionar un proceso electoral que le permitiría a Argentina recuperar la institucionalidad.

Aquella manifestación por la democracia de 100 mil personas fue brutalmente reprimida y Dalmiro Flores, un obrero metalúrgico salteño de 28 años, afiliado de la UOM, fue fusilado a quemarropa por la espalda, por un policía vestido de civil.

No fue un muerto más entre las decenas de miles de muertos que produjo la dictadura cívico militar pero su asesinato quedó impune.

La explicación oficial dio cuenta de que Flores no había acatado la voz de alto pero su padre, Asensio Flores, al ser entrevistado, explicó que su hijo había quedado sordo hacía poco tiempo.

El fin definitivo de aquella dictadura cívico militar demoró un año más pero aquel día de diciembre de hace 41 años, la masividad demostró el hartazgo de todo el pueblo.

En mayo de 1983, llegó el llamado a elecciones generales que se concretaron el 30 de octubre y consagraron a Raúl Alfonsín como presidente electo con el 52 por ciento de los votos.

Recordamos el 16 de diciembre de 1982 a partir de testimonios conservados en el Archivo Histórico de Radio Nacional.