COLUMNA DE OPINIÓN

Aggiornamento estatal: desburocratización, economía y defensa del medioambiente

La señora se pone de pie, enfila hacia estantes llenos de carpetas que llegan casi al techo. Con una guía en una mano y la otra elevándose, se hace del expediente, vuelve al mostrador  y comienza la búsqueda. Del otro lado, un vecino contempla como pasan una a una hojas amarillentas y hasta resquebrajadas ¡Cómo ha pasado el tiempo! Y si: se lo consume la burocracia.

 

En Mendoza, uno de las primeras acciones del gobierno actual apuntó hacia la agilización de los tiempos administrativos. Son varios los factores que lo insumen pero el abordaje comenzó con la llamada despapelización o, dicho de otro modo, digitalización.

 

Y, poco más de un año después, hay hechos concretos: por caso, ya no se emiten los bonos de sueldos de los agentes públicos ni tampoco el boletín oficial. 

 

Tras aquel comienzo, por éstos días se termina de incorporar la tecnología necesaria para una generalización. Y se capacita a los empleados para que hagan digitalmente todos y cada uno de los trámites en la administración pública provincial.

 

Dentro de un tiempo no habrán señoras que tenga que buscar (algo si se quiere anecdótico) ni se "perderán" expedientes (algo grave).

 

Aquí van otras razones convincentes: En números, el ahorro es de $ 492.000 en papel, más de $ 360.000 en impresión y $ 120.000 en gastos de servicio de correo utilizado por la Dirección General de Escuelas.

 

Al año, se dejarán de utilizar unas 8,3 toneladas de papel. Solo en los recibos de sueldos dejan de ser impresas 3.300 resmas. Esto, traducido en recursos naturales, representa unos 124 árboles lo cual defiende al medio ambiente. En la economía anual se evita una erogación de casi $ 1.000.000 y 1.640.000 hojas de papel menos. 

 

Se la mire por donde se la mire, la despapelización, vale.