El caso Luna-Martínez fue uno de los más macabros asesinatos que se recuerdan en la historia provincial en materia de homicidios; lo ocurrido conmocionó a toda la sociedad sanluiseña en el segundo mandato del gobierno de Adolfo Rodríguez Saá, quien intentó convencer a la opinión pública que los responsables de las muertes de los niños Carlos Luna y Fernando Martínez habían sido los integrantes de la familia Amitrano.
El caso data del 14 de diciembre de 1989, cuando los pequeños Carlos y Fernando estaban sentados en un banco del barrio 960 viviendas de la ciudad de Villa Mercedes; allí fueron vistos por última vez cuando se despidieron de su grupo de amigos. Los niños de 10 y 11 años, fueron rumbo al norte de la ciudad donde desaparecieron y horas más tarde las familias comenzaron la búsqueda, ya en la madrugada del 15 de diciembre.
Antes del mediodía de ese 15 de diciembre, los dos niños fueron encontrados muertos a pocas cuadras del barrio que los vio crecer; sus cuerpos fueron hallados en un canal de riego, semidesnudos, uno con las manos atadas a la espalda y el otro con una profunda herida en el pecho y en su cuello tenía atado un alambre en forma de cruz.
El hallazgo de los dos cuerpos, fue en cercanías de la quinta de la familia Amitrano, quienes quienes fueron acusado de ser responsables de los terribles asesinatos; lo cierto, es que la familia fue utilizada como chivo expiatorio.
La investigación presentó irregularidades desde el principio, cuando se ensucio la escena del crimen dejando pasar a cualquier persona observar los cadáveres, que posteriormente fueron trasladados a la morgue judicial del Policlínico Regional de Villa Mercedes, donde fueron lavados y se les quitó todo tipo de evidencias. La autopsia señaló que los chicos tenían varias costillas rotas, por fuertes golpes en el tórax producidos presuntamente por una pala, y uno de los nenes tenía parte de la cara mutilada por otro golpe.
La familia Amitrano fue acusada de lo ocurrido, pero años más tardes salió a la luz que esto no fue así. Fueron detenidos y torturados por la Policía de San Luis para que se declaren culpables del asesinato de los menores.
Tras un año del caso, el entonces gobernador Adolfo Rodríguez Saá , habló del caso Luna-Martínez en el programa de Mirtha Legrand, y cuando la conductora le consultó a Adolfo sobre lo ocurrido, el funcionario miró a una cámara y dijo: "Yo solicito por este medio que sale por todo el país, al juez Doctor Nils Luján Mejía que llame a declaración indagatoria a los sindicados por la Policía. Al señor Amitrano y a sus hijos". El resultado de sus declaraciones, fue la destitución de los jueces que no cedieron ante la presión y la orden a indagatoria y posterior detención de cinco personas de la familia Amitrano.
A los amitrano los liberaron después de más de un año de encierro y torturas. A fines de 1999, la familia apresada injustamente rompió el silencio y denunció al gobierno por encubrimiento y “desvío” de la investigación, con el fin de “proteger a funcionarios del gobierno de Adolfo Rodríguez Saá”, según lo denunció Clara Amitrano, hija de Domingo Amitrano y hermana de Daniel Alfredo, Jorge Omar, Luis Enrique y Juan, los cinco detenidos en la primera etapa de la investigación.
La causa intentó aclararse a fines de 2001 cuando el juez Fernández Triches le dictó prisión preventiva como autor de los crímenes a Pablo Francisco Escobar, alias “El Tenaza, amigo de los niños con 12 años”, quien ya estaba en prisión por otras causas. La decisión fue muy cuestionada y no despejó todas las dudas que rodearon la investigación del caso.
En Dale Que Va, habló Juan Carlos Amitrano, uno de los acusados y detenidos injustamente.
Con información de: elmerlino.com y la Cámara del Crímen (TN)
Etiquetas: Adolfo Rodríguez Saá, Policiales, San Luis