Luis Bremer entrevistó en Dejame que te cuente a Ariel Ardit, sobre su vida en el tango y qué significados tuvo para él.
Comentó que “empiezo, desde muy joven con el canto lírico, pensando que era mi destino, luego apareció en el medio Gardel y el tango y desde los 20 años encontré este refugio cultural para poder expresarme”.
“El tango me identifica, es el más fiel reflejo o la mejor expresión que encontré para poder contar la historia de la vida, que habla del barrio, de tus viejos, de los amigos, de lo que perdiste, de lo que añorás, son todas las situaciones que tienen que ver con el devenir del hombre en esta vida”.
“Hubo un recambio generacional, ahora hay muchos jóvenes en el tango, en los años ´30 y ´40 las orquestas estaban formadas por pibes, Troilo tenía 20 años, Rufino debutó en una orquesta a los 14, la renovación generacional le da sanidad al género”.
“Tuve mucha suerte de conocer a Alberto Podestá, Rubén Juárez, José Libertella, Leopoldo Federico, y es imposible no rescatar la humildad, la sencillez de los grandes”.
“Yo armo el repertorio con los temas que me sensibilizan, que me gustan, que me llegan, la sensación corporal que este tema me llega, me pertenece. Yo nunca habría cantado el tango Fuiste, hasta que me separé estaba más sensibilizado por entender esto de "fuimos", uno los va eligiendo así, afectivamente”.
Para terminar, informa que vuelve a la actuación, este jueves 3 de junio, “ya habíamos vuelto con la última presencialidad, con un aforo del 30 % en el Tasso, ahora empecé a presentarme en Aldo, una planta baja transformada en terraza, con habitáculos con sillones y calefacción, me presentaré este jueves a las 17 hs, las localidades están agotadas, pero hay programadas otras funciones. Creo que las cosas van a mejorar y los artistas podremos volver a actuar con nuestro público”.
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