Las políticas de cuidado abarcan aquellas acciones públicas referidas a la organización social y económica del trabajo destinado a garantizar el bienestar físico y emocional cotidiano de las personas con algún nivel de dependencia. Estas políticas consideran tanto a los destinatarios del cuidado, como a las personas proveedoras e incluyen medidas destinadas para garantizar el acceso a servicios, tiempo y recursos para cuidar y ser cuidado, como a velar por su calidad mediante regulaciones y supervisiones. La División de Desarrollo Social, a partir de un enfoque de derechos de los sujetos y de los prestadores de cuidado, promueve que el cuidado se consolide como un pilar de la protección social, que debe guiarse por los principios de igualdad y solidaridad intergeneracional y de género, y articularse en legislaciones, políticas, programas, y servicios que constituyan sistemas integrados de cuidado.
Debido a las desigualdades sexo-género de la división social del trabajo y a segmentaciones en el mercado laboral, son mayoritariamente las mujeres quienes proveen cuidados, sea de forma no remunerada en los hogares o remunerada en el ámbito externo. El “mandato cultural” de que las mujeres se ocupen de estas labores generalmente de forma no remunerada, construye barreras para que puedan participar en igualdad de condiciones en el mercado laboral, refuerza las desigualdades y segmentaciones del sistema sexo-género a escala social, y potencia las desigualdades de las prestaciones de cuidado en razón de las contrastantes condiciones socioeconómicas.
Con el objetivo de conocer cuales son las acciones que en este tema se desarrollan en nuestro país, Noelia Moreyra de Radio Nacional Resistencia, dialogó con Lucía Cirmi Obón, directora Nacional de Políticas de Cuidado del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad: “cuando se habla de Economía del Cuidado, se hace referencia a las tareas de cuidado, por ejemplo el de niños/as, de mayores, de otros y otras, que generalmente se hacen en las casas y, mayoritariamente, son realizadas por mujeres, sin cobrar un sueldo por ello, pero también a las que se efectúan de forma paga”, señaló.
Cirmi Obón considera que este tipo de tareas son muy poco valoradas y que históricamente se entendió, y se dijo, que era responsabilidad de las mujeres porque ponían 'mucho amor' y debían hacerlo gratis: “todo eso implica, que como es un trabajo a tiempo completo, la imposibilidad de generar otros ingresos y generalmente, los varones no lo valoran”, indicó.
La funcionaria especificó asimismo que en los casos en que una pareja haya arribado a un acuerdo para realizar en forma equitativa los trabajos de cuidado: “si se separa, todas esas tareas quedan para las mujeres” y fundamentó que la brecha salarial existente en hombres y mujeres se produce porque estas últimas toman trabajos de medio tiempo, que son los peores pagos, y que cuando se producen ascensos no se las considera: “el desempleo femenino es mayor que el masculino”, afirmó.
“Cuando se pregunta a empresarios porqué no contratan a mujeres, la respuesta suele ser:´porque se toman licencia', y eso se podría rever si se otorgase, por ejemplo, licencias por paternidad, pues pondría a los hombres en igualdad de condiciones con las mujeres, y sería una manera de promover las corresponsabilidades. Pero también hay que decir que muchas veces son los hombres quienes no se toman las licencias ni reclaman su derecho de cumplirlas”, afirmó y destacó que este tiempo de cuarentena resignificó las tareas de cuidado, en las que muchas mujeres se ven más recargadas, pues además de las tareas de limpieza, también se ocupan de los hijos: “hay muchas que simplemente desconocen que todas esas tareas deben ser remuneradas”, agregó.
La directora Nacional detalló que es mucho el trabajo a realizar en esta materia, como por ejemplo lograr una legislación referida al cuidado y reconocer a la figura de cuidadores/as comunitarios; la ampliación de espacios de primera infancia; extender servicios cooperativos a personas mayores; revisar la normativa que tiene que incluir el cuidado con una perspectiva de igualdad, a través de un debate que debe ser “colectivo y federal', finalizó.
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