El clásico rosarino más relevante de los últimos años se jugará a puertas cerradas y a más de 300 kilómetros de la ciudad santafesina. Es que pese a las reuniones y la intención de jugarlo con hinchas de ambos clubes en el estadio -que iba a ser el de Colón en un principio, y luego un sorteo entre las canchas de Central y Newell's- finalmente se tomó la decisión de jugarlo a puertas cerradas.
El miércoles habrá una reunión entre la organización de la Copa Argentina y Aprevide, donde quedaría confirmada la elección de jugarlo en la cancha de Arsenal el próximo jueves 1 de noviembre, desde las 15:30. De esta manera, el pase a semifinales del certamen nacional se definirá con un ambiente completamente diferente al que se hubiese vivido con miles de rosarinos en las tribunas.