Una de las estrategias -o mejor dicho artimañas- utilizadas por algunos abogados que representan a ex militares y civiles acusados por crímenes de lesa humanidad, es la de invertir las cargas de responsabilidades y poner a las víctimas en el lugar de los victimarios. Eso es lo que sucedió el lunes pasado durante la megacausa en los alegatos realizados por el abogado particular Ariel Civit en la defensa de su cliente, el ex agente penitenciario Oscar Alberto Bianchi, imputado por las privaciones ilegítimas de la libertad y aplicación de torturas contra Ernesto Eugenio París y Nilo Lucas Torrejón en 1976. Cebado en su “crítica acerada” a fin de obtener la nulidad de todo lo actuado y la absolución del carcelero, el abogado no hesitó en descalificar las declaraciones que comprometen a su defendido, minimizar como “severidades” los tormentos padecidos por las víctimas -por lo cual perderían su condición de imprescriptibles- , y tildarlas de mentirosas y malintencionadas. Inclusive llegó a sugerir compulsas contra ellos por falso testimonio, sostener la obediencia debida, y justificar el maltrato a los presos en las cárceles. El debate continúa el 21 de noviembre con los alegatos de Juan Day, representante de los ex magistrados federales Luis Miret y Guillermo Petra Recabarren.
Abogado Ariel Civit sobre la falsedad que atribuye al testimonio de Eugenio Paris. Audiencia del 14 de noviembre de 2016.
Abogado Ariel Civit sobre “la deformación, incorporación de datos y modificaciones” que atribuye al testimonio de Nilo Torrejón. Audiencia del 14 de noviembre de 2016.
Apelando a argumentos que tergiversó de la psicología judicial sobre la veracidad de los testimonios con el paso del tiempo, Civit refutó la credibilidad de las víctimas testigos por “la lejanía temporal” con que fueron denunciando con mayores precisiones a Bianchi en sucesivas declaraciones. Así, señaló que Eugenio Paris -secuestrado y torturado en el D2 en mayo de 1976 y, luego de unas semanas, trasladado a la cárcel local hasta finales de septiembre de ese año- posee “una memoria refrescada de manera milagrosa”, y que miente de forma consciente para incriminar a los ex agentes penitenciarios. Puntualmente se aprovechó del equívoco de París durante el juicio oral, quien confundió entre el grupo de carceleros denominado como “Las tres B” -por las iniciales de Bianchi, Bonafede y Barrios- a Alejandro Balmes, que según consta se incorporó al servicio penitenciario en 1978, cuando el detenido transitaba su cautiverio en otros centros del país.
En relación al claro y patente señalamiento que hizo Nilo Torrejón respecto a que vio a Bianchi conducirlo desde el pabellón hasta “La Peluquería” y entre el grupo de agentes que lo golpeaba fuertemente mientras que lo interrogaban por sus compañeros de militancia de San Rafael, Civit dijo que se trataba de una “mentira inconsciente”, producto de “la sugestión” y de “la duda suministrada” por “el encono y el odio”.
Testimonial del 28 de julio de 2014 en la que Nilo Torrejón reconoció a Oscar Bianchi entre sus torturadores en “La Peluquería”.
Exabruptos de Ariel Civit durante la misma audiencia, en la que agredió a Torrejón, a integrantes de la Fiscalía y al público.
Fiscal Daniel Rodríguez Infante sobre las tempranas denuncias contra los carceleros Bianchi y Pedro Linares. Alegatos del 9 de mayo de 2016.
Informe de Sebastián Moro. Fotografías: gentileza de juiciosmendoza.wordpress.com.