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Cumbre entre la Unión Europea y América Latina

El Gobierno de España quiere aprovechar la presidencia pro tempore que de la UE ―que asumirá en el segundo semestre del año próximo― para relanzar las relaciones entre Europa y América Latina, que han languidecido en los últimos años, dejando un hueco que ha sido aprovechado por China.

La diplomacia española ha dado ya los primeros pasos para promover la celebración en ese país de una cumbre entre la Unión Europea y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), a la que serían invitados 60 jefes de Estado y de Gobierno, más de los que asistieron a la reciente cita de la OTAN en Madrid.

De prosperar la iniciativa sería la joya de la corona de la Presidencia española de la UE y la primera de estas características que se celebra desde 2015, cuando los mandatarios europeos y latinoamericanos se reunieron en Bruselas (Bélgica). El hecho de que hayan pasado ya siete años sin reunirse, a pesar de que tenían previsto hacerlo con carácter bienal, evidencia hasta qué punto se han alejado ambas regiones. Entre 1999 y 2015 se celebraron ocho cumbres de este tipo (dos de ellas en Madrid) y nunca pasaron más de tres años entre una y otra.

La razón de este alejamiento, según las fuentes consultadas, hay que buscarla en la incapacidad europea para poner en marcha los pactos comerciales a los que llega. Después de 20 años de negociación, la Comisión Europea y Mercosur (que engloba a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) alcanzaron en junio de 2019 un principio de acuerdo que creaba un mercado de 800 millones de consumidores a ambos lados del Atlántico. Sin embargo, tres años después, el pacto sigue bloqueado por la oposición de Francia (con el respaldo de Austria, Holanda, Irlanda y Bélgica) que, con el argumento de defender el medio ambiente, se opone a suprimir barreras arancelarias que protegen a sus agricultores y ganaderos. La actualización de los acuerdos comerciales con México y Chile, aunque no tan compleja, también avanza con lentitud, mientras que la UE no ha tenido problemas en sellar en los últimos años tratados comerciales con países asiáticos como Japón, Vietnam o Singapur.

Ese aparente desinterés de la UE hacia América Latina ha sido aprovechado por China que, con un volumen de intercambios de 450.000 millones de dólares en 2021, ha desbancado a Europa como segundo socio comercial de la región (después de Estados Unidos) y principal financiador de infraestructuras, con la incorporación de una decena de países latinoamericanos (incluidos México o Brasil) a la Nueva Ruta de la Seda impulsada por Pekín. También ha utilizado la pandemia para ganar posiciones en América Latina, a la que ha suministrado millones de vacunas.

La diplomacia española confía en el apoyo de Alemania para intentar frenar la pérdida de peso de Europa en la región e incluso recuperar parte del terreno perdido. No será fácil, reconocen las fuentes consultadas, con la polarización política que se vive en todo el continente. El veto de la Administración de Biden a Cuba, Venezuela y Nicaragua motivó la ausencia en la reciente Cumbre de las Américas, en Los Ángeles (EE UU), del presidente mexicano Andrés López Obrador, entre otros invitados.

Fuente: El País, España