Del purgatorio de las competencias al infierno de la bomba atómica

Terminaron los juegos y retomó la Juana su camino de viajes por la memoria y los sentidos`…es 9 de agosto y su cabecita llena de nostalgias y utopías no quiere hacer un programa triunfal, sino uno que nos enfrente con los dolores de nuestra historia, para que nos empuje a ser mejores…siempre mejores.

En estos tiempos de otras guerras, en las que llevan las de ganar el capital, las manipulaciones de los laboratorios y los poderes concentrados del dinero y el saqueo, contamos una vez más, a nuestro modo, la historia de las llamadas Little boy y Fat man, dos bombas, atómicas ellas, que acabaron en un instante, con las vidas y los sueños de miles de seres humanos inocentes y dejaron devastadas a lo largo de los años a otras miles que sobrevivieron. Uranio, plutonio. 6 de agosto en Hiroshima, 9 de agosto en Nagasaki, año 1945. Eran días soleados que se convirtieron, de un momento al otro, en un infierno.