Los créditos finales del documental “Pescado Rabioso: una utopía incurable”, dirigido por Lidia Milani, hacen un breve recorrido por algunas imágenes del backstage del show Spinetta y las Bandas Eternas, el maratónico recital con el que el Flaco eterno celebró su vida y obra en diciembre de 2009. Ahí, entre bambalinas, pueden verse a algunas de las principales figuras del rock argentino rendidas de amor y admiración hacia Luis Alberto mientras se lo escucha cantar eso de “no te alejes tanto de mi”. Están Charly García, Fito Paez, Gustavo Cerati, Juanse y Nito Mestre, entre otros.
Tal vez el cariño de sus pares, y el de su público, sea una buena medida para calcular la relevancia de Spinetta en nuestra música popular. Una figura que, sin exagerar, puede ser destacada como una de las más relevantes en el desarrollo del rock en español. Una figura que atravesó generaciones. De aquellos hippies que abrazaron a Almendra como uno de los ejes fundamentales de un movimiento que llegó para cambiarlo todo, a esos chicos que hoy le dan play por primera vez a una canción del Flaco y se dejan maravillar por su arte.
Además de su importancia en el contexto de la música latinoamericana, Spinetta fue un artista comprometido. Consciente del poder de su voz para amplificar el mensaje de causas importantes. Desde su apoyo a los docentes de la carpa blanca en la década del noventa hasta su remera por la campaña Conduciendo a conciencia que lo llevó a un entredicho con la revista Rolling Stone. El Flaco siempre estuvo del lado de los buenos.
A 72 años de su nacimiento, Luis Alberto Spinetta es eterno. Así de simple.
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