COLUMNA DE OPINIÓN

El golpe más brutal a la economía Argentina

En farmacias, mercaditos de barrio, verdulerías y otros rubros, a los denominados “Clientes de toda la vida” se les anotaban las compras en una libreta a su nombre. El pago podía pactarse a meses. Así fue hasta los años sesenta inclusive. No había inflación o era tan insignificante que no se ponderaba.

 

Promediando los setenta muchos de esos pequeños empresarios vieron como en pocos días se licuaban las cuentas y las acreencias no alcanzaban ni para una mínima reposición. Hablamos de pequeña escala; cuanto mayor, peor.

 

Es que, en un junio como éste del año 1975, los argentinos vivimos el primer mega-ajuste de nuestra historia. Implicó una devaluación del 160%, aumento de combustibles del 180% y de todas las tarifas públicas hasta ciento por ciento.

 

Una devaluación, asimétrica, llevó el Dólar de 10 a 26 Pesos Ley 18.188 para el comercio exterior, a 30 para el circuito financiero y a 45 para el turismo.

 

El aumento salarial fue del 45% y, si bien posteriormente se hicieron correcciones hacia arriba, se las fagocitó la inflación que continuó indomable. Quiebras y caos social. Atrás quedaba un ciclo de 12 años de crecimiento sostenido inaugurado por el presidente Arturo Illia (1963/66).

 

Ese plan fue diseñado por Celestino Rodrigo, ingeniero de profesión, a quien José López Rega (influyente Ministro de Bienestar Social) proyectó desde la Secretaría de Seguridad Social al Ministerio de Economía reemplazando al histórico ministro del General Perón Alfredo Gómez Morales.

 

Hace 42 años, un día como hoy, sucedió algo impensado: por primera vez en la historia, la CGT enfrentó a un gobierno peronista lanzando un paro por 48 H y movilización.

 

Paralelamente, hubo una reunión de los altos mandos del ejército donde, aceptando un pedido de la presidenta Isabel Martínez,  desistieron de intervenir a la Confederación General del Trabajo. No obstante, Jorge Rafael Videla y Roberto Viola presionaron amenazando con denunciar ante la prensa la integración de la Triple A. Días después renunció quien la comandaba, José López Rega (se exilió en Suiza) y le siguió Celestino Rodrigo.

 

Además, las principales cámaras empresariales (coordinadas por Carbap - Ruralistas de La Pampa húmeda-) lanzaron un lock out (cierre o paro patronal) que produjo desabastecimiento y más inflación.

 

Hace 42 años, la suerte de la democracia estaba echada. Sería golpeada efectivamente 9 meses más tarde. 

Por Roberto A. Bravo