En 1993, Walter Cattaneo se convirtió en el presidente rojinegro que logró lo que muchos creían imposible: lograr que Diego Maradona llegue a Rosario para jugar en Newell´s. En diálogo con Nacional Rosario, su hijo Ramiro rememoró el breve pero intenso paso del “10” en la Lepra.

“La locura se produjo después que lo trajo —contó en referencia a las tratativas realizadas por su padre, fallecido en 2005—. Previamente era un top secret total. Diego había tenido el problema en Sevilla, se había peleado con Bilardo. Cuando vuelve a Argentina tenía tres propuestas: una de Argentino Juniors, otra del San Lorenzo del Bambino Veira y ahí empezó a terciar Newell's; económicamente era muy difícil acercarse a los otros”.

El hijo del expresidente leproso recordó en Grande Chiqui (9 a 12 hs) a Maradona como “un tipo macanudo, humilde y gracioso”, y agregó: “A dos días de haber llegado, mandó una tarjeta firmada por él y Claudia a mi vieja con un arreglo floral de la mejor florería de Rosario. Medía más de dos metros y no podían entrarla a la casa”.

Finalmente, destacó que “se formó una relación de gran afecto recíproco” con su padre, a tal punto que Diego lo invitó para su despedida en La Bombonera, en 2001.