-Hay una alta tolerancia al trabajo infantil. Y hasta algunos mayores lo usan como un ejemplo de ser alguien correcto en la edad adulta. Se escucha eso de “yo trabajaba de chico…” -dijo la titular de la Defensoría de niños, niñas y adolescentes, Marisa Graham.

En el año de la Eliminación del Trabajo Infantil, Graham se refirió a una de los problemas que atraviesa la niñez en nuestro país: según números del Instituto Nacional de Estadísticas y Censo de la Argentina del año pasado, el 10 % de los chicos de entre 5 y 15 años, realiza alguna tarea laboral, siendo alrededor de 760.000 niños afectados.

-Se ve mucho en el sector rural en lo que es la recolección de frutas, en la cosecha del tabaco o en la de la yerba mate. En las ciudades se lo ve en los talleres textiles –agregó Graham.

También dijo que “hay temor a denunciar porque en los campos la empresa que utiliza el trabajo infantil suele ser la que da trabajo o hay un capataz que amenaza diciendo que jamás va a volver a conseguir trabajo”.

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Además habló de la condena a la mamá que sale a trabajar con sus hijos en busca de juntar un poco más de dinero o porque no tiene con quien dejar a esos niños.

-Lo importante es saber que hay leyes que protegen el trabajo infantil pero el incumplimiento de las leyes laborales se hace también con los adultos en el ámbito rural. Muchas veces hemos visto en los medios fotos de gente viviendo en carpas, por ejemplo.

Graham contó una anécdota que le sucedió en un campo en el que se hacía secado de hoja.

-Un padre me dijo “te voy a dejar a las 2 más chiquitas y al de 12 me lo llevo a trabajar conmigo”. Y me dijo algo que me quedó grabado: “Me lo tengo que llevar porque mi papá hizo esto, yo hago esto y si no le enseño a él a hacer esto ¿de qué va a trabajar”. Quiere decir que está determinado que ese chico no va a poder salir de esa situación y no va a poder ser otra cosa más que lo que fueron su padre y su abuelo.

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