Luego del ataque al micro que trasladaba a los jugadores boquenses al Monumental, Angelici firmó el sábado, junto con el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, y el titular de la Conmebol, el paraguayo Alejandro Domínguez, un acta con el compromiso de jugar el partido hoy a las 17. Ese escrito deja a Boca con poco margen para negarse a jugar, porque si lo hace se verán lesionadas sus relaciones con la federación sudamericana y también con la FIFA, que nada quiere saber con que la Libertadores 2018 se decida en un estrado.

El documento firmado por los presidentes de ambos clubes

"Los presidentes, a efectos de salvaguardar la integridad deportiva de la final de la Conmebol Libertadores han tomado la decisión de prorrogarlo al día 25 de noviembre de 2018 a las 17.00 horas, a ser disputado en el estadio del Club River Plate", dice el acta firmada el sábado. "Es intención de los presidentes que el día de mañana (por hoy) la final sea llevada a cabo sin hechos de violencia, que sea disputada en igualdad de condiciones y que gane el fútbol argentino y sudamericano en una fiesta llevada a cabo en paz", concluye el acta.

Sin embargo, entre los directivos del "Xeneize" predomina la intención de preservar el derecho a un reclamo por los incidentes del sábado en el estadio Monumental. La Comisión Directiva mantuvo durante la madrugada distintas reuniones en la concentración del Hotel Madero y en confiterías aldeñas en las que se consensuó aceptar que se juegue el partido pero sin descartar una presentación ante el Tribunal de Disciplina de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol).

Así lo informaron a Télam miembros de la directiva boquense que reconocieron también que difícilmente prospere la posición de Carlos Tévez de no jugar la final porque los hechos fueron similares al superclásico del gas pimienta en el que River obtuvo su clasificación en octavos de final.