El Sumo Pontífice, quien llegó esta madrugada a la ciudad-estado de 6 millones de habitantes, había visitado previamente Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental.
La última visita de un papa a Singapur había sido la de Juan Pablo II en 1986.
Bajo un cielo nublado, fue recibido por decenas de personas en un parque, al grito de "¡Viva Papa Francesco!", informó la agencia de noticias Europa Press.
En el décimo día de una gira cargada de actividades, Jorge Bergoglio, de 87 años, solo tiene previsto un encuentro privado con jesuitas por la tarde.
Singapur es uno de los países más desarrollados de Asia, pero también es blanco de críticas en cuestión de derechos humanos y por la severidad de su sistema judicial, que sigue aplicando la pena de muerte.
La ciudad-estado, muy cosmopolita, alberga una mayoría de población de origen chino, e importantes minorías indias y malayas. Los cristianos representan alrededor del 19% de la población, de mayoría budista.
Mañana a la mañana, Bergoglio será recibido en el Parlamento y se reunirá con el presidente, Tharman Shanmugaratnam, y el primer ministro, Lawrence Wong.
Luego, pronunciará un discurso frente a autoridades, representantes de la sociedad civil y del cuerpo diplomático.
Pese a sus problemas de salud y el fatigoso ritmo de este viaje de 11 días, el más largo y lejano de su pontificado, el jefe de la Iglesia católica se mostró en buena forma y sonriente.
La gira concluirá el viernes tras un periplo de 33.000 kilómetros por los cuatro países visitados: Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur.
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