El rompehielos Almirante Irizar concluyó con éxito el reabastecimiento completo de la Base Marambio y continúa cumpliendo las tareas encomendadas dentro de la 121º Campaña Antártica de Verano (CAV).

La tripulación del Irizar llevó adelante ocho días continuos de trabajo para trasladar víveres, carga general, materiales y combustibles hasta la base nacional que está emplazada sobre una meseta a 200 metros sobre el nivel del mar, en la isla Seymour.

Las tareas se desarrollaron exclusivamente con un helicóptero Sea King perteneciente a la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros que voló una y otra vez desde el barco hasta las instalaciones en tierra.

Para arribar al lugar, el buque de la Armada Argentina debió atravesar (e incluso romper) un mar sobrepoblado de hielo, con grandes bandejones y escombros, además de enormes témpanos.

“Los primeros días la unidad pudo operar desde la bahía López de Bertodano (más alejada de la Base) y luego logró ingresar a bahía Pingüino, desde donde se agilizaron los trabajos”, publicó Gaceta Marinera, la web oficial de la Armada.

Las actividades se desarrollaron “día y noche” y estuvieron a cargo del personal del Grupo Aeronaval Embarcado.

El operativo también sirvió para replegar a las dotaciones salientes de las bases Petrel y Esperanza, y para embarcar a las dotaciones entrantes de las bases Brown, Primavera, Cámara y Decepción.

Tras concluir las tareas con buena meteorología, el rompehielos puso proa hacia la base Esperanza para desplegar allí al personal del Servicio de Hidrografía Naval que efectuará trabajos de batimetría y oceanografía, y luego navegará hacia el Estrecho de Gerlache donde iniciará el despliegue de personal en sus respectivas bases.

El periplo del Irizar había comenzado en noviembre cuando zarpó del puerto de Buenos Aires luego de un acto en el que estuvieron el ministro de Defensa, Luis Petri, y el canciller Gerardo Werthein.