Acomodar la picada. Bien en el centro para que nadie tenga "ventajas". Que cada uno este en el lugar donde Argentina había ganado la última vez (hay que tener memoria). El padre, de más de 50 pirulos, eligió el lugar donde en el 90 gritó el gol de Cano a Brasil tras el pase de Diego.
Marcaba el termómetro 16 grados. Se congela el ambiente en apenas 38 segundos. Apareció uno de los Ibarra de Ecuador y la temperatura va a 4 grados.
Mirar la tele. Chequear el celular. Tener la calculadora a mano. Mirar como van Perú y Colombia. Pensar la gastada que nos íbamos a comer de los brasileños. Rogar que se la den redonda a Messi.
Y se de la dieron nomás. Fue Di Maria. Centro bajo y Messi adentro. Empate en la altura. Otra vez chequear el celu para que algún tuitero tire dará estadística.
Uno baja el audio de la tele y pone la radio. Aplauso grande para ese. El de AM 870 canta como viene. Estamos afuera...
Ya apareció Messi y en la mesa se acabó el salame picado grueso. El más chiquito con la camiseta Argentina con el 10 en la espalda pronostica..."si Lío ya hizo uno ahora hace otro"...
Y llegó el segundo del rosarino. Se la dieron mal. La peleó. La puso en el ángulo. Golazo. Estamos adentro. Miramos el resultado de Perú y Colombia. Un par de errores de Mascherano. Susto. El jamón crudo queda atragantado.
15 minutos de descanso. Intercambio de mensajitos. La "nena" piden que escuchen los comentarios de su novio. Cuentas. De nuevo la calculadora. Se acabó la picada.
Segundo tiempo. Todos a sus lugares. A seguir sufriendo. La mamá se enoja porque "el pelado" (por Sampaoli) grita mucho y "pone nerviosos a todos".
La pica Messi por arriba del arquero. Se relaja la mesa. Se abre el helado. Resultado deja comer el postre sin nervios. El abuelo aporta, con sarcasmo, que Chile se queda afuera del Mundial. Que gana Brasil. Que ganó Argentina. Se acabó la angustia.
POR DANIEL CORUJO