-Fue un momento en el que la pasamos muy mal, pero toda la gente se portó de 10 –dice Néstor Cudina, quien estaba en el crucero Belgrano ese 2 de mayo de 1982 cuando fue atacado y hundido por la armada británica en la Guerra de Malvinas en 1982.
El suboficial principal retirado contó cómo fueron luego esas 46 horas a bordo de las balsas hasta que llegaron a rescatarlos.
-Hicimos 500 kilómetros hacia la Antártida, con vientos de 150 kilómetros por hora, olas de 12 metros y 25 grados bajo cero.
Agregó en la charla con la Radio Pública que “atamos todas las balsas porque la teoría es que nos juntemos para que nos encuentraran más rápido cuando nos buscaran”.
-En mi balsa estábamos tranquilos. Hicimos grupos con distintas tareas: unos sacaban agua, otros miraban por las ventanas para ver si se veía cuando nos vinieran a rescatar...
Néstor, que en 1982 tenía 37 años, recordó que “no teníamos luz porque las linternas se nos apagaron. De las 10 de la mañana a las 4 de la tarde había luz natural, pero luego era oscuridad total y no se veía nada. Hablábamos de nuestras familias, rezábamos… lo importante era que nadie se durmiera porque dormirse podía derivar en la muerte debido al frio”.
Y dio detalles de cómo los rescataron: “Se nos vino el alma al cuerpo…abrimos las botellas de agua como si fueran de champagne”.
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