Por la Licenciada Marcelina Romero.
En noviembre, cada cuatro años, el primer martes después del primer lunes, todos los estadounidenses tienen excusa más que válida para interrumpir su jornada laboral: ir a votar. Una decisión tomada hace casi dos siglos atrás, relacionada con la religión y el trabajo. ¿Por qué el mes de noviembre? Una respuesta simple y cotidiana: en aquella época, coincidía con el fin de la cosecha.
Aunque esta decisión está alejada de las costumbres de hoy, la tradición es más fuerte y se mantiene firme aunque todo haya cambiado
El martes 8 de noviembre los ciudadanos se acercarán a las urnas para participar del acto que es el estandarte de la democracia: emitir su VOTO. Los norteamericanos tienen esa cita que marca un antes y un después; ellos y ellas serán responsables de elegir al nuevo presidente entre dos posturas opuestas: la demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump.
La gran mayoría de los países celebra sus elecciones durante el fin de semana, mientras que los Estados Unidos lo llevan a cabo un día laborable.
Aunque en más de una oportunidad se presentaron proyectos de ley para modificar las leyes y permitir que las elecciones se realicen durante el fin de semana, el cambio nunca se llevó adelante.
Todos atentos al 8 de noviembre, al gran momento cuando los ciudadanos eligen al Presidente de Estados Unidos; sin embargo es el 19 de diciembre, el primer lunes después del segundo miércoles, cuando es la verdadera elección. Los 538 miembros del Colegio Electoral son los responsables de elegir a quien será Presidente por cuatro años. Este número surge de la suma: 435 miembros de la Cámara de Representantes, 3 legisladores del Distrito de Columbia y los 100 senadores.
Cada Estado cuenta con un número asignado de electores. El Colegio Electoral es un proceso en el cual los electores están nominados por cada partido. El candidato se proclama ganador si obtiene 270 votos. La cantidad de electores equivale al número de legisladores en el Congreso. Según se dice, la creación del Colegio Electoral en la Constitución de Estados Unidos es algo así como el equilibrio entre la elección de un presidente por el voto popular o por parte del Congreso.
Los Padres Fundadores temían que el pueblo se equivocara al dar su voto, votando por quien no garantizara los intereses de la nación. El Colegio Electoral surge en 1787 como una manera de lograr un “equilibrio” entre el voto popular/ciudadano y el institucional. En 1804, este método fue ratificado por la Duodécima Enmienda de la Constitución.
Quiero mencionar cuales son los estados que poseen más votos electorales: California, 55; Texas, 38; Nueva York, 29; Florida, 29; Pennsylvania, 20; y Ohio, 18.
La democracia norteamericana es algo así como una votación indirecta, los ciudadanos no eligen al presidente sino que dicen a sus electores a quien deben votar. El voto popular de alguna manera es el indicador de lo que será el resultado final. Pero siempre cabe la posibilidad de que los votantes electorales cambien su voto por el otro candidato, electores desleales que poseen un interés particular por sobre el popular.
En 29 de 50 Estados existen leyes que exige a los votantes electorales respetar la decisión del pueblo, del ciudadano, del voto popular. Sin embargo, la posibilidad de cambiar el voto está siempre latente.
Con respecto a los tiempos, debemos tener en claro que el recuento es anunciado por el Presidente del Senado ante las dos Cámaras del Congreso el 6 de Enero de 2017. El presidente será investido el día 20 de enero en Washington. ¿Por qué hay que esperar tanto para ver la asunción del presidente? Antes, este tiempo era mucho mayor. Hasta 1937, los presidentes juraban el 4 de marzo, por motivos de recuentos de votos. Hoy, la vigésima enmienda y la tecnología agilizan los tiempos. El 20 de enero se podrá decir “Habemus Presidente”.
Desde el país de las maravillas, una latina más.