Por Lic. Marcelina Romero
En la ciudad deseada las calles están desérticas de carteles y pancartas. Washington parece una capital cualquiera plagada de turistas, gente entusiasmada que asiste a un evento que bien podrá ser sobre arte culinario o cine independiente, pero de rastros de entusiasmo político en las calles de Washington no existe. Solo, quizás, y no es poco, la gente de todo el mundo se congregue en un sala de reuniones a debatir y compartir experiencias sobre la necesidad de profesar la democracia y argumentar la utilización de herramientas para que la participación sea real y no ficticia. Pero este es otro de los hilos de plata que no todos pueden ver y no muchos desean divulgar. De este tema ya le dedicare una columna.
A esta altura nada parece conmover a los norteamericanos. Esta carrera anómala y poco ortodoxa hacia la Casa Blanca dejo a los que participan del juego y los espectadores deseosos de ver el final del partido.
Hoy el día tan esperado, el nacimiento de un nuevo “rumbo” para Estados unidos y el mundo. Dos candidatos que pelearon con uñas, dientes y un poco de “gas pimienta” directo a los ojos; twitter, Facebook y programas de televisión sirvieron par que este día martes el mundo diga al unísono: “Por fin”.
Gane quien gane tenemos alguna cositas claras, quien sea el presidente electo superara la edad del presidente saliente y la tercera edad -como dicen algunos- será quien posea el poder.
Una elección atípica, la primera mujer que quedo en carrera hacia la presidencia y si gana será claramente la primer mujer en llegar al salón oval.
Un hombre de negocios que tiene tan solo una hoja -la tinta aún húmeda- en su curriculum en carrera política.
El partido demócrata con su candidata archiconocida Hillary Clinton, y el partido republicano con su exuberante Donal Trump, ambos ya cerraron sus apuestas…no va maaaaas!
La que podría ser la primera presidenta de Estados Unidos cerro su campaña frente a 40.000 personas, según organizadores. Allí en Filadelfia, cuna de el país del norte, en el lugar elegido por los Padres Fundadores para describir los lineamientos a seguir para cuidar la Nación, allí se adopto la Declaración de Independencia y la tan renombrada Constitución. Un lugar emblemático para cerrar “la” campaña. El evento contó con un gran número de personas, escuchando atentos, mirando asombrados el poder de la unidad: al ex presidente Bill Clinton, el actual y saliente presidente Barack Obama y la flamante primera dama Michelle Obama, todos en un mismo escenario. Con música y frases esperanzadora el cierre fue el acto cumbre. “Estados Unidos se enfrenta al “examen de nuestro tiempo” dijo la candidata demócrata alentando a los estadounidenses a ser parte del “si, se puede” que supo argumentar Obama haciendo hincapié en su indiscutido logro, el primer presidente negro.
Mientras el republicano Donald Trump cerro con una seguidilla de actos que culminaron en el estado Michigan, insistiendo en su retórica atacar a su contrincante “Hillary Clinton es la persona más corrupta de todas en postularse a la presidencia de Estados Unidos (…) Si ganamos, vamos a drenar ese pantano” remarcando en su discurso la posibilidad del cambio como un giro hacia la honestidad, y gritando a los cuatro vientos que el establishmen viene de la mano del actual presidente y se enquistara con la candidata demócrata.
No hablemos de encuestas, esa larga disputa de tratar apuestas. La suerte esta echada y por suerte en este acto no hay vuelta atrás.
Entre tantas frases hechas y la necesidad de cierre, nos queda la sana sensación que todo proceso eleccionario es digno de aplaudir, alentar y aceptar como un momento único para apreciar el acto sublime que tiene la democracia que es VOTAR.
Desde el país de las maravillas, una latina más.
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