Después de las críticas a la actuación del primer debate, al que muchos definieron como “mediocre” y cuando los candidatos -según los sondeos- se diferencian por pocos puntos en intención de voto, llegó el segundo debate presidencial.
Por Lic. Marcelina Romero
Como se viene haciendo desde 1998, fue organizado por Comisión de Debates Presidenciales. Comenzó a las 21 horas local -22hs Argentina- en la Universidad de Washington, en la ciudad de San Luis, Missouri.
En esta oportunidad fueron dos moderadores, ambos con una extensa trayectoria en medios norteamericanos: Martha Raddatz, periodista del canal ABC News, y Anderson Cooper, presentador de la cadena CNN, quienes se destacaron por no permitir que los candidatos eviten o esquiven responder la pregunta.
Se acerca sin remedio el 8 de noviembre en donde los dos partidos más importantes disputarán el sillón presidencial; por el partido demócrata Hillary Clinton, por el republicano Donald Trump. El umbral de 15% de intención de voto impuesto para participar del debate presidencial dejó afuera al candidato presidencial Gary Johnson, por el Partido Libertario con menos del 10% de la intención de voto, y a la candidata del Partido Verde Jill Stein, quien no llegó al 5%.
La propuesta fue la participación del público -alrededor de 30 personas- haciendo las preguntas. Un escenario un poco menos estructurado y las preguntas de la audiencia -propuestas en el sitio web y votadas por el público- fueron algunas variantes que hicieron del show algo más entretenido que el anterior.
Gallup fue la empresa de sondeos que se ocupó de seleccionar al privilegiado panel, integrado por personas que aún no tienen decidido su voto, son los votantes indecisos. Otros que ocuparon lugares en la audiencia general fueron estudiantes, invitados especiales de ambas campañas, referentes de los distintos partidos políticos, la prensa que nunca puede faltar en un evento así, y profesores de la anfitriona Casa de Altos Estudios, la Universidad de Washington.
Como les contaba en una de las anteriores columnas, la telegenia se hizo presente; el lenguaje corporal en el estudio resulta interesante de analizar. Los candidatos podían optar por quedarse sentados o caminar, el escudo del podio en este encuentro no fue una posibilidad.
Ambos candidatos propusieron una manera distinta: Hillary Clinton mostró su habilidad, caminó hasta el borde del escenario para interactuar con los invitados/ interrogadores, mientras que Donald Trump se mantuvo alejado como parte de su personalidad y su sello, se mantuvo detrás de ella y paseó por el estudio.
Las declaraciones machistas utilizadas por Donald Trump se viralizaron en las redes y medios masivos dos días antes del debate ocupando un lugar relevante en el show del domingo. Como no podía ser de otra manera, la candidata demócrata comenzó por mencionar uno por uno los momentos en que Trump, durante la campaña, había atacado a las mujeres. Como era de esperarse, el candidato republicano levantó el guante haciendo referencia a las infidelidades de Bill Clinton.
Recordemos que el candidato republicano llegó al debate en su peor momento, algunos líderes de su propio partido insisten en que deje paso al ignoto Mike Pence, su compañero de fórmula para las elecciones de 8 de noviembre.
Ambos candidatos pelearon con energía: Hillary Clinton, una vez más, con argumentos contundentes; Donald Trump utilizó frases efectistas.
En el segundo “cara a cara” los candidatos debatieron temas como la educación, Oriente Medio, impuestos, el sistema financiero…y varios etcétera.
Los impuestos no podían faltar dentro del show mediático, fue cuando Hillary Clinton habló sobre la creación de un sistema de impuesto nacional para que las grandes empresas y las personas que más tienen paguen más. Vale decir que todos los americanos están a la espera de ver la declaración de impuestos de Trump -por denuncias por falta de pago de impuestos federales durante 18 años-; él insistió en que si existiese algún problema con el pago de impuestos no le hubiesen permitido construir un hotel en un edificio histórico en Washington, muy cerca de la Casa Blanca. El empresario neoyorkino se niega, hasta hoy, a publicar su declaración de impuestos, práctica respetada por todos los candidatos de las elecciones presidenciales durante las últimas cuatro décadas.
El tema de inmigración que naturalmente es prioritario para el electorado latino, también fue protagonista pero no como muchos inmigrantes esperaban.
“Todos tendrán lugar en este país si yo soy presidente” dijo la candidata demócrata Hillary Clinton, y repasó su lucha contra la discriminación, su incondicional apoyo para fortalecer inclusión social y racial del país.
Mientras que Trump ante la pregunta simple y necesaria “¿Sería usted un presidente para TODOS los norteamericanos?” afirmó con un escueto “por supuesto”, y luego insistió en atacar a Clinton y repetir su incapacidad para ser presidente.
El remate final fue una pregunta que provoca simpatía: “¿Puede mencionar algo positivo o que respete del otro candidato?”
Trump, contradiciendo todo su discurso -en el que insistió en hablar de su contrincante como incapaz de ocupar el sillón presidencial por no tener carácter, ni energía- halagó a su oponente con estas palabras: “Clinton no se rinde, no se da por vencida, es una luchadora. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas por las que lucha, pero lucha duro y no se da por vencida. Creo que es algo bueno”.
Hillary Clinton destacó de Trump algo que está por fuera de su virtudes: “Respeto por sus hijos. Son increíblemente capaces y leales. Creo que eso dice mucho sobre Donald y es algo que respeto”
La ex primera dama y el controvertido empresario, la bella y la bestia, la demócrata y el republicano, la experta y el paracaidista, Hillary Clinton y Donald Trump, se despidieron hasta el tercer y último debate presidencial.
Aún resta mucho camino por recorrer hasta el 19 de octubre en la Universidad de Nevada, en Las Vegas. En el sitio oficial de la Comisión Debates Presidenciales -CPD- de Estados Unidos reza la leyenda “Todos los debates serán moderados por un solo individuo y se ejecutarán de 9 a 10:30 pm hora del este y sin cortes publicitarios. Como siempre, los moderadores seleccionarán las preguntas para los candidatos”
El periodista Chris Wallace, de la cadena Fox News, será el moderador del último debate de candidatos, antes de las tan ansiadas elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Desde el país de las maravillas, una latina más.
En esta oportunidad fueron dos moderadores, ambos con una extensa trayectoria en medios norteamericanos: Martha Raddatz, periodista del canal ABC News, y Anderson Cooper, presentador de la cadena CNN, quienes se destacaron por no permitir que los candidatos eviten o esquiven responder la pregunta.
Se acerca sin remedio el 8 de noviembre en donde los dos partidos más importantes disputarán el sillón presidencial; por el partido demócrata Hillary Clinton, por el republicano Donald Trump. El umbral de 15% de intención de voto impuesto para participar del debate presidencial dejó afuera al candidato presidencial Gary Johnson, por el Partido Libertario con menos del 10% de la intención de voto, y a la candidata del Partido Verde Jill Stein, quien no llegó al 5%.
La propuesta fue la participación del público -alrededor de 30 personas- haciendo las preguntas. Un escenario un poco menos estructurado y las preguntas de la audiencia -propuestas en el sitio web y votadas por el público- fueron algunas variantes que hicieron del show algo más entretenido que el anterior.
Gallup fue la empresa de sondeos que se ocupó de seleccionar al privilegiado panel, integrado por personas que aún no tienen decidido su voto, son los votantes indecisos. Otros que ocuparon lugares en la audiencia general fueron estudiantes, invitados especiales de ambas campañas, referentes de los distintos partidos políticos, la prensa que nunca puede faltar en un evento así, y profesores de la anfitriona Casa de Altos Estudios, la Universidad de Washington.
Como les contaba en una de las anteriores columnas, la telegenia se hizo presente; el lenguaje corporal en el estudio resulta interesante de analizar. Los candidatos podían optar por quedarse sentados o caminar, el escudo del podio en este encuentro no fue una posibilidad.
Ambos candidatos propusieron una manera distinta: Hillary Clinton mostró su habilidad, caminó hasta el borde del escenario para interactuar con los invitados/ interrogadores, mientras que Donald Trump se mantuvo alejado como parte de su personalidad y su sello, se mantuvo detrás de ella y paseó por el estudio.
Las declaraciones machistas utilizadas por Donald Trump se viralizaron en las redes y medios masivos dos días antes del debate ocupando un lugar relevante en el show del domingo. Como no podía ser de otra manera, la candidata demócrata comenzó por mencionar uno por uno los momentos en que Trump, durante la campaña, había atacado a las mujeres. Como era de esperarse, el candidato republicano levantó el guante haciendo referencia a las infidelidades de Bill Clinton.
Recordemos que el candidato republicano llegó al debate en su peor momento, algunos líderes de su propio partido insisten en que deje paso al ignoto Mike Pence, su compañero de fórmula para las elecciones de 8 de noviembre.
Ambos candidatos pelearon con energía: Hillary Clinton, una vez más, con argumentos contundentes; Donald Trump utilizó frases efectistas.
En el segundo “cara a cara” los candidatos debatieron temas como la educación, Oriente Medio, impuestos, el sistema financiero…y varios etcétera.
Los impuestos no podían faltar dentro del show mediático, fue cuando Hillary Clinton habló sobre la creación de un sistema de impuesto nacional para que las grandes empresas y las personas que más tienen paguen más. Vale decir que todos los americanos están a la espera de ver la declaración de impuestos de Trump -por denuncias por falta de pago de impuestos federales durante 18 años-; él insistió en que si existiese algún problema con el pago de impuestos no le hubiesen permitido construir un hotel en un edificio histórico en Washington, muy cerca de la Casa Blanca. El empresario neoyorkino se niega, hasta hoy, a publicar su declaración de impuestos, práctica respetada por todos los candidatos de las elecciones presidenciales durante las últimas cuatro décadas.
El tema de inmigración que naturalmente es prioritario para el electorado latino, también fue protagonista pero no como muchos inmigrantes esperaban.
“Todos tendrán lugar en este país si yo soy presidente” dijo la candidata demócrata Hillary Clinton, y repasó su lucha contra la discriminación, su incondicional apoyo para fortalecer inclusión social y racial del país.
Mientras que Trump ante la pregunta simple y necesaria “¿Sería usted un presidente para TODOS los norteamericanos?” afirmó con un escueto “por supuesto”, y luego insistió en atacar a Clinton y repetir su incapacidad para ser presidente.
El remate final fue una pregunta que provoca simpatía: “¿Puede mencionar algo positivo o que respete del otro candidato?”
Trump, contradiciendo todo su discurso -en el que insistió en hablar de su contrincante como incapaz de ocupar el sillón presidencial por no tener carácter, ni energía- halagó a su oponente con estas palabras: “Clinton no se rinde, no se da por vencida, es una luchadora. No estoy de acuerdo con muchas de las cosas por las que lucha, pero lucha duro y no se da por vencida. Creo que es algo bueno”.
Hillary Clinton destacó de Trump algo que está por fuera de su virtudes: “Respeto por sus hijos. Son increíblemente capaces y leales. Creo que eso dice mucho sobre Donald y es algo que respeto”
La ex primera dama y el controvertido empresario, la bella y la bestia, la demócrata y el republicano, la experta y el paracaidista, Hillary Clinton y Donald Trump, se despidieron hasta el tercer y último debate presidencial.
Aún resta mucho camino por recorrer hasta el 19 de octubre en la Universidad de Nevada, en Las Vegas. En el sitio oficial de la Comisión Debates Presidenciales -CPD- de Estados Unidos reza la leyenda “Todos los debates serán moderados por un solo individuo y se ejecutarán de 9 a 10:30 pm hora del este y sin cortes publicitarios. Como siempre, los moderadores seleccionarán las preguntas para los candidatos”
El periodista Chris Wallace, de la cadena Fox News, será el moderador del último debate de candidatos, antes de las tan ansiadas elecciones presidenciales del 8 de noviembre.
Desde el país de las maravillas, una latina más.
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