Por Lic. Marcelina Romero.
Las tradiciones son importantes. Estados Unidos celebra su archiconocido Día de Acción de Gracias, cuando se puede apreciar un verdadero festival culinario en torno al tradicional pavo asado relleno, el protagonista de todas las mesas del país. Los supermercados abarrotan sus góndolas ofreciendo al animalito. El número de pavos que se consume en esta fecha tradicional es asombrosa: 45 millones.
La tradición lo impone: pavo y pan de maíz.
En la Casa Blanca, naturalmente, también se celebra con pavo y otros tantos platos típicos de la celebración.
En las vísperas, el Presidente de los Estados Unidos es el encargado de “indultar al pavo”, es decir, se perdona la vida a uno de los dos pavos.
Una tradición que data del año 1947 cuando la Federación Nacional del Pavo entregó un ave al presidente de Estados Unidos, por aquel entonces Harry Truman, quien disfrutó el pavo sin perdón.
70 años más tarde, tras 11 administraciones, el indulto al pavo está instaurado como parte del jolgorio.
Lo que comenzó como un gesto, un simple obsequio para que el presidente cene con su familia, se convirtió en un importante ritual a partir del presidente John F. Kennedy quien le perdonó la vida a uno de los pavos que recibió como regalo. Vale decir que según cuentan las crónicas de ese momento, el pavo fue perdonado porque según el presidente no tenía el peso suficiente y le pareció que debía dejarlo crecer. Cuando George Bush padre repitió el gesto en 1989, quedó instaurada la costumbre.
El año pasado, el actual presidente Barack Obama, dijo que es su celebración favorita “porque, más que cualquier otra, es únicamente norteamericana”. Como era de esperar, el presidente indultó a los dos pavos, “Cheese” y “Mac”, dándoles el perdón oficial.
Este convulsivo año electoral el presidente volvió a perdonar la vida de “Tot” y “Tater”, los pavos 2016 de la Casa Blanca. Pero este año hubo una variante: en vez de estar presente como de costumbre sus dos hijas -Malia y Sasha-, como testigos del indulto estuvieron otros dos niños.
Después de siete años perdonando pavos en compañía de sus hijas, en esta ocasión salió al jardín acompañado de sus sobrinos Austin y Aaron Robinson. "Este año, tenían un conflicto de agenda. En realidad, ya no podían con mis chistes. Estaban hartas", dijo provocando risas entre el público.
Entre otras excentricidades americanas, la tradición incluye conocer el peso de los pavos, sus gustos musicales, su comida favorita. Todo es parte de un gran evento que oscila entre el show y la tradición, con una página web en la que los ciudadanos pueden votar.
En la página oficial de la Casa Blanca en Facebook se pueden leer estas curiosidades.
La canción favorita de Tater, de 18 semanas, es Me Too, en la que Megan Trainor canta “Agradezco a Dios todos los días….”.
La de Tot es de Justin Timberlake, Can’t Stop the Feeling y en una de sus estrofas canta “Ooh, es algo mágico. Está en el aire, está en mi sangre, está precipitándose….” según dicen el pavo “Tot” se contornea "como dando un relajado paseo”.
El año próximo veremos al electo presidente republicano Donald Trump como principal protagonista de todos estos acontecimientos.
Todos los cuartos jueves de noviembre hasta el 2020 el empresario y electo presidente compartirá el podio del tradicional ritual con el pavo.
Desde el país de las maravillas, una latina más.
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