En una extensa jornada, el defensor oficial Leonardo Pérez Videla prosiguió este lunes con los alegatos en el megajuicio de lesa humanidad desarrollando análisis relativos a hechos de 1976 y 1977 en los que hay imputaciones contra ex efectivos del D2 y del Ejército, por quienes la defensoría solicitó nuevas absoluciones “lisas y llanas”. En primer término completó la fundamentación respecto al acusado por crímenes sexuales Julio Lapáz, y volvió a desmerecer los aportes de la principal víctima testigo, Rosa del Carmen Gómez. Luego armó un tergiversado “choque de versiones” -a lo largo del tiempo y entre sí- de dos sobrevivientes del operativo del 12 de junio del ‘76 -Alicia Morales de Galamba y María Luisa Sánchez Sarmiento- para desligar de responsabilidades a los entonces policías Pablo Gutiérrez Araya, Luis Rodríguez Vásquez y Miguel Ángel Tello, que además de las privaciones de la libertad y las torturas contra ellas y sus respectivas hijas e hijo, deben dar cuenta de la desaparición forzada del dirigente de Montoneros Jorge Vargas Álvarez. Por último, y antes del cuarto intermedio hasta hoy, introdujo valoraciones y minimizó el rol del ex jefe de Inteligencia militar del G2, Paulino Enrique Furió, clave en la detención ilegal de Miguel Ángel Rodríguez en septiembre de ese año y en la tremenda persecución grupal de abril del ‘77, que concluyó con una quincena de asesinatos y desapariciones forzadas de jóvenes militantes.
Defensor Pérez Videla sobre “elementos psicológicos del testimonio”: “imprecisiones, errores y mentiras”. Audiencia del 3 de octubre de 2016.
Defensor Pérez Videla sobre roles y “atribuciones co-autorales difusas” de los acusados del D2 en los hechos contra Morales, Sánchez Sarmiento y Vargas Álvarez.
Defensor Pérez Videla sobre el rol preponderante de Paulino Enrique Furió en la estructura represiva como “encargado de Inteligencia” y “la falta de pruebas concretas en las causas”.
Informe de Sebastián Moro. Fotografías: gentileza de juiciosmendoza.wordpress.com.