Lucía Gorricho es docente de Geografía y tomó horas de suplente en una escuela de Mar del Plata. Le tocó evaluar a Gabriela quien aseguró que no había podido estudiar porque no tenía un libro ni una carpeta. “No la quería desaprobar porque era un acto de injusticia, no sabía cuántas horas había cursado”, relató la profesora.
Finalmente, lo que parecía que iba a ser una prueba sin contenido, terminó con un relato del lugar donde vivía: un campo que trabaja con frutillas. De esa carta se logró reactivar una causa por explotación laboral de una “mega empresa” que tenía a más de 150 personas de manera irregular.
“Hacía tiempo que no corregía una evaluación con tanto entusiasmo. Todo el relato de esta nena de 14 años aportó sin duda, a mi formación como geógrafa y como docente”, publicó la maestra en su blog que recibió 300 mil visitas cuando se viralizó la carta de la joven oriunda de Bolivia.
“Ella escribió muy bien, seis carillas y dijo la verdad. Habló del racismo y la injusticia pero desde el amor, no con el objetivo de denunciar”, declaró Gorricho y agregó: “Había personas que estaban en ese lugar bajo la trata blanca, es decir, tienen las puertas abiertas pero apenas les alcanza la plata para comer”.
Esta historia terminó con un libro sobre la educación y el trabajo que se llama “Frutillas” y, en cuanto a lo judicial, se procesó sin prisión preventiva al presidente, la vicepresidenta y dos encargados de recursos humanos de la firma dedicada a la producción de frutos rojos por explotación laboral.
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