Guillermo Marconi conversó con Ginette Reynal, famosa modelo, empresaria, conductora y actriz, de extensa trayectoria en el medio artístico, quien contó en un crudo relato, algunas de las circunstancias que la llevaron a atravesar momentos muy difíciles en su vida.

"Haber podido superar mi adicción me ayudó a encontrar cosas maravillosas en la vida; hacernos cargo de lo que nos pasa y enfrentarlo, nos lleva a lugares maravillosos; todos los dias agradezco a la vida poder haber pasado por ese tunel transformador que me llevó a este lugar en el que estoy hoy".

Ginette Reynal, acompaña a otra modelo y vedette, Ana Paula Dutil que tras caer en una profunda depresión decidió iniciar un grupo de ayuda para quienes padecen este tipo de problemáticas.

Ginette contó que junto a Dutil, se prsentarán el 26 de agosto en la Universidad de la Ciudad, ubicada en Paseo Colon 255 para un nuevo encuentro del grupo denominado "Hablemos", en el cual comparten experiencias de vida sobre la depresión.

"Lo mejor que te puede pasar es aprender a hablar de lo que te está pasando"

Al analizar algunas de las cosas que le han pasado en los últimos años, Reynal aseguró que en mayor o menor medida aún continúa padeciendo muchos de esos problemas.

"La adicción es una efermedad incurable, que tiene que ver con el ego y diversas formas de ver la realidad; la adicción es la enfermedad y las drogas, el alcohol u otras sustancias son los síntomas".

Contó que en este duro proceso de depresión y adicciones tuvo la suerte de estar muy bien acompañada por su hermana y sus tres hijos que hoy tienen 33, 32 y 25 años.

"Mis hijos me acompañaron maravillosamente bien y se bancaron tiempos muy difíciles".

Sobre e final de la charla, Ginette recordó algunos de sus trabajos más destacados, junto a Ana María Campoy, Guillermo Francella y Gerardo Zofovich, entre otros.

Hablo de sus hijos, su mudanza su futuro y su aliviadora recuperación.

"Si hoy tuvieran que pintar un cuadro de mi, sería La Primavera de Botticelli".

En el cierre contó su experiencia en la obra Sex, de José María Muscari: "Me divertí y pude superar el trauma de volverme grande".