Cuando el popular físico Albert Einstein muere en 1955, el médico que hizo su autopsia removió su cerebro, y se lo guardó en un frasco con formol. Le tomó fotos al cerebro, ya partido por la mitad. Lo midió. Lo pesó. Y lo cortó en 240 bloques que fue llevando a escondidas por las diferentes ciudades de los Estados Unidos en las que vivió.
Hasta que en los años noventa el médico, que se llamaba Thomas Harvey, empezó a ofrecer a científicos del mundo la posibilidad de estudiar el cerebro de Einstein. En aquel momento, el investigador argentino Jorge Colombo le pidió a Harvey por carta, algunos bloques del cerebro de Einstein. Harvey aceptó mandarlos al laboratorio del Conicet y el CEMIC en la Ciudad de Buenos Aires.
Allí Colombo recibió el curioso "envío" y comenzó un detallado estudio.
En una entrevista con Alejandro Katz y Mariano Schuster, Colombo analiza la relación entre el cerebro y la mente, los procesos químicos que se producen en el cerebro y una pequeña parte del funcionamiento de nuestros pensamientos, comportamientos, actitudes y aprendizajes.
Podcast: Bajar
Suscribirse en ¿Qué es Nacional Podcasts?
Etiquetas: Albert Einstein, Alejandro Katz, El zorro y el erizo, Mariano Schuster