Haití pidió a Estados Unidos y a la ONU que envíen soldados al país para proteger sus puertos, aeropuerto y otros sitios estratégicos ante temores de caos interno tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
Dos días después de que el mandatario fuera asesinado en un ataque armado contra su residencia, "pensamos que los mercenarios (a los que se acusa del crimen) podrían destruir alguna infraestructura para crear caos en el país", dijo anoche el ministro de Gobierno haitiano, Mathias Pierre.
"Durante una conversación con el secretario de Estado de Estados Unidos (Anthony Blinken) y la ONU hicimos esta solicitud", agregó.
El Departamento de Estado y el Pentágono confirmaron haber recibido una solicitud de "asistencia de seguridad e investigación" y dijeron estar en contacto con las autoridades del país caribeño, pero no especificaron si se desplegarían tropas militares.
Asimismo, una fuente diplomática de la ONU dijo que recibieron el pedido, pero que se necesita una resolución del Consejo de Seguridad para enviar un contingente.
Washington ya dijo que enviará lo antes posible al FBI y a otros agentes a Haití para evitar más caos tras el magnicidio.
Mientras tanto, Haití intenta determinar quién ordenó el ataque presuntamente ejecutado por un escuadrón armado de 28 personas: 26 colombianos y dos estadounidenses de origen haitiano.
De ellas, 15 colombianos y dos estadounidenses fueron arrestadas, tres colombianos fueron abatidos por la policía y otros ocho permanecen prófugos, dijo la policía haitiana.
Mientras tanto, en la capital haitiana, conmocionada y paralizada por el estado de sitio, la gente intentaba ayer reanudar sus actividades cotidianas, aunque bajo un manto de aprensión.
Las personas se apuraban a abastecerse de productos de primera necesidad en los supermercados o hacían fila en las estaciones de servicio para comprar el gas que utilizan para cocinar, en previsión de más días de inestabilidad.
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