La actriz Ingrid Pelicori, quien hace pocos días estrenó el unipersonal “Yo, Fedra” en la Sala Raúl González Tuñón del Centro Cultural de la Cooperación, arriesgó que el teatro “es una forma estética de la fraternidad que a los argentinos nos gusta mucho”.
La definición acerca del teatro que la artista, de 67 años e hija de otros dos grandes intérpretes como Ernesto Bianco e Iris Alonso, tomó a partir de un postulado del filósofo francés Alain Badiou, formó parte de la charla con Mariano del Mazo en “Flores Negras”.
Las funciones de “Yo, Fedra”, escrita y dirigida por Analía Fedra García que puede verse los viernes a las 20.15 en ese complejo del centro porteño, “básicamente es la historia de Fedra, que es una mujer que se enamora del hijo de su marido, y es presentada como tragedia aunque también es una revancha acerca de aquel mito”, señaló Pelicori.
Consultada acerca de su experiencia asumiendo obras en que es la única intérprete como lo hizo durante 20 años en “Conversación en la casa Stein sobre el ausente señor von Goethe”, sostuvo: “Cuando el material es bueno y rico, me acompaña y me siento contenida por él y para nada desamparada”.
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