El Club Atlético Estudiantes (CAE) difundió el viernes por la tarde un nuevo comunicado en referencia a la muerte de dos lechuzas que habitaban en la playa de la institución, en la costanera de Paraná. Esta vez fue para relatar "cómo sucedieron los hechos", en base al informe que elevó el titular de la empresa de control de plagas que intervino en el tema, quien aseguró que el desenlace del 9 de mayo fue "un caso de fuerza mayor".
La muerte de las aves silvestres generó gran polémica en Paraná a partir de que, a través de las redes sociales, se conoció que empleados de una empresa fumigadora les habían disparado con rifles de aires comprimido.
Ahora la entidad ratificó que no fue intención de la Comisión Directiva ni se dio ninguna orden para "dañar o agredir a ningún ser vivo que habite" en las sedes del club, en referencia a la familia de lechuzas vizcacheras que desde un tiempo vivían en la playa. También recordó que se hizo una denuncia judicial y a la vez se inició un sumario administrativo interno, a cargo del Departamento Jurídico del CAE.
A su vez, destacó que la empresa de control de plagas –Barp Group– aseguró en un escrito que no recibió "ninguna orden de atentar, lastimar y/o matar" a las aves de parte de "ninguna autoridad del club (miembros de la Comisión Directiva, Intendente ni empleado encargado de sede)".
La nota que lleva la firma de Roque Barbosa, propietario de Barp Group explica: "Fui contactado por el Sr. Julio Gamarci para estudiar la forma de evitar los ataques que unas aves rapaces causaban a socios en las inmediaciones de la playa". Agregó que luego de un relevamiento visual, propuso trasladar las lechuzas a la sede del Golf, más adecuada para este tipo de ave silvestre que no constituye una plaga.
Decidieron para ello capturar los pájaros con redes, sin dañarlos, para transportarlos en jaulas. Con ese objetivo –contó Barbosa– trabajadores de la firma fueron al lugar el 9 de mayo y, al estar en pleno trabajo, aproximadamente a las 6.10, "se manifestó una agresividad mucho mayor a la demostrada cuando se hizo el estudio, y por lo tanto los empleados buscaron los rifles de aire comprimido para usarlos sólo en caso de defensa y como último recurso ante un ataque directo que causara lesiones en ellos". Y agregó: "Esto último se ejecuta como excepción y con el exclusivo fin de defenderse".
"Lo ocurrido fue un hecho desgraciado que no pudieron evitar los empleados de la empresa sin poner en riesgo su integridad física", explicó.
"El hecho ocurrido fue un caso de fuerza mayor que no pudo evitarse dado las circunstancias expuestas y la agresividad que excepcionalmente demostraron ese día dos de las muchas aves que habitan ese sector", señaló. Finalmente indicó que esas dos lechuzas murieron, pero "el resto no tuvo lesiones", publicó UNO.
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