El problema de los perros sueltos en el departamento crece día tras día. Los crianceros sufren el ataque de los perros que se volvieron salvajes y los voluntarios que ayudan a estos animales no dan abasto con la cantidad de trabajo.

El médico veterinario Lisandro Jaegui en diálogo con LV 19 Radio Nacional Malargüe aseguró: “La castración es una herramienta más para el control del flagelo que estábamos sufriendo desde hace ya muchos años y que cada vez se va acrecentando”.

Explicó que el objetivo principal cuando el propietario castra al animal es que no se siga reproduciendo, “entonces se disminuye la cantidad y carga de animales en la vía pública”.

Además, afirmó: “Un perro castrado baja su nivel de agresividad, tiene un comportamiento distinto, ya no es un perro que puede andar por kilómetros atrás de comida o atrás de una jauría, porque cuando el animal se junta con otros, se afloran sus condiciones de salvaje”.

Jaegui explicó en LV 19 que estadísticamente con la castración la agresividad del animal es menor, pero que esto no quiere decir que no vaya a morder.

“El municipio viene haciendo las cirugías con un solo veterinario. Con algunos veterinarios tienen un convenio de sistema mixto, en donde la municipalidad cubre una parte de la castración y el propietario abona la otra parte”, detalló.

Sin embargo, el Veterinario aseguró que son muy pocas las cirugías que se están haciendo: “Esto debería tener continuidad, no solo para decir a veces que están haciendo algo por la problemática”.

Por otro lado apuntó que, al hacer las cirugías, pero no realizar la identificación entre el animal y el dueño, es dejar la tarea “un poco renga”. “Se debería aprovechar ese momento para que quede identificado, ya sea con un chip o un tatuaje. Entonces si un perro se va, se lo podría relacionar con el dueño para que se haga responsable”, remarcó Jaegui en Radio Malargüe.