La tranquilidad que se percibía en el Parque Independencia a raíz del buen andar del equipo en el semestre se vio alterada en las últimas horas debido a la prórroga del contrato del DT. A punto tal que el entrenador pretende que le ofrezcan un nuevo contrato o, según contaron desde su entorno, podría llegar a pegar un portazo y dejar su cargo.

A mediados de febrero, y ante el llamado de Newell’s tras la salida de Lucas Bernardi, Osella se fue de Olimpo con un contrato vigente para firmar en la Lepra. Como el año deportivo ya estaba comenzado y los contratos que se presentan en AFA no pueden ser menores a un año, se decidió entonces que la extensión del vínculo del DT fuera hasta junio de 2017. Así, se incluyó una cláusula en la que a dirigencia podía rescindir unilateralmente el vínculo a fin de este año.

A raíz del buen andar del equipo, un dirigente de alto rango le prometió a Osella que antes de que finalizara el 2016 se le iba a hacer un nuevo contrato que entraría en vigencia el 1° de enero por un año y con una mejora sustancial de los haberes del entrenador. Sin embargo, esa decisión no fue consensuada por los demás integrantes de la CD, quienes entienden que hay un contrato vigente hasta el 30 de junio de 2017 y que, ante la difícil situación financiera que atraviesa el club, no hay urgencias en firmar un nuevo vínculo. Algo que le hicieron saber a Osella en las últimas horas.

Esta decisión lejos está de la mejora prometida. Y a Diego Osella no le gustó para nada. Tanto que desde su entorno aseguran que les dio tiempo a los directivos hasta el próximo martes para que hagan llegarle una oferta por un nuevo contrato (y se cancele parte de lo que se le debe en las próximas semanas) o comenzará a considerar seriamente la posibilidad de irse del club. Ahora la pelota está en manos de la CD. Algunos dirigentes ya admitieron por lo bajo que habrá una propuesta para el DT y que todo llegará a un final feliz. Pero otros sostienen que no hay por qué adelantarse si el contrato termina en junio.

La decisión estará en manos de Diego Mario Francisco Osella.