El artículo 1973 del Código Civil refiere a las molestias que ocasionan ruidos, vibraciones, olores, humo, calor, luminosidad o inmisiones similares por el ejercicio de actividades en inmuebles vecinos. Por inmisión se entiende la injerencia, dañosa o molesta, que sobrepasa los límites que impone la vecindad e invade la esfera jurídica interna del inmueble vecino. En tal sentido, consigna a las “Actividades en inmuebles lindantes causadas por ruido de maquinarias, aparatos, música fuerte o cualquier otro modo que genere una perturbación a la tranquilidad interfiriendo en descanso y/o actividades que requieren concentración y, consecuentemente, provocando daños (a largo o corto plazo) en la salud psíquica y física como insomnios, estrés, problemas estomacales, trastornos auditivos y otras alteraciones”.
Vale decir que la ley madre advierte, con meridiana claridad, los perjuicios que ocasionan a la salud las denominadas inmisiones. Algo reforzado por la Reforma de la Constitución Nacional de 1994 que incluyó explícitamente un artículo que ampara el derecho de todos los habitantes de gozar de un ambiente sano.
En San Rafael son pocas las acciones concretas para conservar y mejorar el ambiente. Y eso que en su momento a la Secretaría de Obras y Servicios Públicos se le antepuso el nombre Ambiente. Además, existe una Coordinación específica que funciona en Parque Norte. Entérese.
Esas áreas, para ser efectivas, deben inspeccionar y controlar de acuerdo a las Ordenanzas dictadas por el Concejo Deliberante que debe ser celoso de su cumplimiento para un Desarrollo Sustentable, solo factible con habilitaciones legales como corresponde en un estado de derecho.
En San Rafael llevamos 14 largos años de Decisiones Políticas, frase usada para justificar determinaciones erróneas. En un caso, el mismo Ejecutivo Municipal admitió ante la Fiscalía de Estado el Error de Zona al habilitar, por ejemplo, a una industria de un Contratistas del Estado para que funcione en zona indebida, pegada a los dormitorios de una vivienda con todo lo grave que es eso ya no tan solo por ruidos, vibraciones, olores, humo, calor, luminosidad o todo junto.
La más importante misión del estado (en éste caso de la Municipalidad de San Rafael) es cuidar la salud de sus vecinos. Para ello, previo a autorizaciones y desarrollos, debe realizar estudios de impactos ambientales completos, serios. Y, luego de advertir sobre los potenciales perjuicios no solo para los lindantes, pedir la conformidad de todos y cada uno de los vecinos. Que eso no se realice previamente (o se realice mal o complacientemente) atenta contra la salud poblacional.
Por Roberto A. Bravo
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